Al llegar a casa, Ludmila se dirigió directamente a su habitación, necesitando un momento para estar a solas y reflexionar sobre los eventos recientes. Se sentó al borde de la cama, mirando fijamente la pared mientras su mente daba vueltas.
Sus padres entraron poco después, trayendo consigo una taza de té caliente y un plato de galletas. Se sentaron a su lado, ofreciéndole su apoyo silencioso mientras ella procesaba sus pensamientos.
—Hija, sabemos que esta noche ha sido difícil para ti —dijo Danika con ternura—. Pero queremos que sepas que estamos aquí para ti, pase lo que pase. Si necesitas hablar o desahogarte, siempre estaremos dispuestos a escucharte.
Ludmila asintió, agradecida por el amor y el apoyo de sus padres. Tomó un sorbo de té, dejando que el calor reconfortante se filtrara en su cuerpo.
—¿Qué crees que pasará ahora? —preguntó Ludmila, rompiendo el silencio tenso que había caído sobre la habitación.
Su padre suspiró, pasando una mano por su cabello en un gesto de preocupación.
—No lo sabemos, hija —respondió—. La policía tendrá que investigar lo sucedido y determinar quién es responsable. Pero lo más importante es que estés a salvo y que estemos juntos como familia.
Ludmila asintió, sintiendo un poco de alivio al saber que no estaba sola en este momento difícil.Se quedaron juntos en silencio por un momento más, compartiendo el calor reconfortante de la habitación mientras se preparaban para enfrentar lo que el futuro les deparaba. Aunque el camino por delante sería difícil y lleno de incertidumbre, Ludmila sabía que mientras estuvieran juntos, podrían superar cualquier desafío que se les presentara.
Mientras Ludmila reflexionaba sobre los eventos recientes, un recuerdo comenzó a emerger en su mente. Recordó un crimen similar que había ocurrido el año pasado, cerca del casino Sunoco en las cercanías de Bayou Savage. Un hombre había sido encontrado muerto en circunstancias misteriosas, y las autoridades habían luchado por encontrar al culpable.
El caso había generado una gran cobertura mediática en su momento, y Ludmila recordaba haber seguido cada detalle con fascinación y horror. Se preguntaba si había alguna conexión entre ese caso y el crimen que acababa de presenciar en Little Woods. ¿Podría ser que el mismo perpetrador estuviera detrás de ambos incidentes?
La idea la llenó de inquietud y ansiedad. Si el mismo asesino estaba en libertad, ¿significaba que ella y sus amigos estaban en peligro? La idea de que un asesino acechara las calles de su tranquilo pueblo la llenaba de temor.
—¿Estás bien, hija? —preguntó su madre, notando la expresión preocupada en el rostro de Ludmila.
Ella asintió, tratando de mantener la compostura a pesar del miedo que la consumía por dentro.
—Solo estoy pensando en lo que pasó esta noche —respondió—. Me pregunto si podría haber alguna conexión con ese caso del año pasado.
Sus padres intercambiaron una mirada preocupada, compartiendo su preocupación por la seguridad de Ludmila y sus amigos.
—Esperemos que no haya ninguna conexión —dijo su padre con voz sombría—. Pero debemos permanecer vigilantes y tomar precauciones adicionales hasta que las autoridades resuelvan este caso.
Ludmila asintió, reconociendo la sabiduría en las palabras de su padre. Sabía que debían ser cautelosos y estar atentos a cualquier señal de peligro mientras esperaban que la policía hiciera su trabajo.
Con el recuerdo del caso de Nueva Orleans pesando en su mente, Ludmila se preparó para enfrentar el futuro con determinación y coraje.
Al día siguiente, Ludmila se reunió con sus amigos una vez más afuera de su casa en Kingswood Drive, tratando de procesar lo que habían presenciado esa noche. El ambiente estaba cargado de tensión y preocupación, y todos se miraban unos a otros en busca de respuestas que ninguno de ellos tenía.
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La Habitación del Eco
Fiksi RemajaEn los remotos parajes de Little Woods, en un pequeño poblado al noreste de los Estados Unidos, se oculta un grupo de secuestradores autodenominados "cazadores." Desde los turbulentos años noventa, hasta la actualidad, la comunidad se ha envuelto e...