𝗛𝗜𝗚𝗛𝗪𝗔𝗬 𝗧𝗢 𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 ー Genshin Impact Smut.

14. 𝗗𝗼𝘁𝘁𝗼𝗿𝗲.

Poison in my mind.

Advertencias: fem!reader x dom!dottore, afrodisiaco, masturbación, sexo sin condón, ruegos, lectora insaciable, honoríficos (señor)

Palabras: 657

Créditos: @osachiyo en Tumblr.

Dottore nunca esperó ver un espectáculo tan... interesante cuando entró en su laboratorio. Allí estabas, encaramada sobre su mesa, algunos de los frascos de quién sabe qué cayeron al suelo. Pequeños gemidos y lloriqueos de su nombre escaparon de tus labios brillantes, mientras dos de tus dedos entraban y salían de tu coño babeante a un ritmo rápido, los pequeños dígitos aparentemente no eran suficiente para satisfacer tu antojo.
"¿Y qué tenemos...?" El hombre enmascarado sonrió, claramente divertido por la atractiva vista que tenías para ofrecer. Tu cabeza se levantó bruscamente en dirección a Dottore, claramente sorprendida al ver a tu amante parado en la puerta.

"No me digas que te sorprende verme, mascota. ¿Qué crees que estás haciendo en mi laboratorio, hm?" Sus labios se separaron para revelar una sonrisa siniestra, los dientes brillaban en la tenue iluminación de la habitación. "Dottore, yo...", te costó encontrar las palabras adecuadas. ¿Qué diablos se suponía que debías decir? ¿Qué te colaste en su laboratorio para ver en qué estaba trabajando y luego accidentalmente volcaste un vial con una sustancia rosa brillante y de repente empezaste a sentirte mareada y acalorada? Seguro que se lo creería.
Como si el hombre pudiera leer tu mente, se acercó a los vidrios rotos en el suelo - un suspiro saliendo de sus delgados labios, "lo que tiraste, cariño, fue un frasco de afrodisiaco", refunfuñó con leve molestia, ahora mirándote a través de su máscara. "Un tipo muy fuerte, para ser claro."
Oh.

Bueno, eso explica por qué te sentías tan... acalorada de repente, pero eso no mejoró mucho las cosas. El afrodisiaco era realmente fuerte, tan fuerte que incluso el propio doctor podía sentir que sucumbía a él, su rostro pálido se sonrojaba a medida que su respiración se hacía más pesada, no ayudó que tú también parecieras condenadamente deslumbrante, mirándolo a través de esas bonitas lágrimas, pestañas empapadas, un puchero en tus labios... le hizo querer inclinarte sobre su mesa y -

"J-joder, quédate quieta, mascota -"Gimió Dottore, con las caderas golpeando tu trasero desde atrás, los dedos enguantados hundiéndose profundamente en tus caderas para mantenerte en tu lugar. ¿Pero cómo podría culparte? Prácticamente estabas llena de excitación: corazones flotando en tus ojos mientras babeabas sobre su escritorio.

"Se siente - ¡mmh-! tan bien", arrastre las palabras, una sonrisa tonta encontró su camino hacia tus labios hinchados cuando Dottore aceleró su ritmo, aterrizando crueles bofetadas en tu trasero mientras ambos se acercaban a sus máximos.
Joder, el maldito afrodisiaco también estaba afectándolo a él, haciendo que su polla goteara y fuera más sensible de lo habitual, lo que provocó que se endureciera aún más y gimiera aún más fuerte en tu oído. Ambos cuerpos estaban cubiertos de una capa de sudor, las manos de Dottore encontraron tus tetas para tirar y pellizcar tus pezones, antes de darles una fuerte bofetada, haciéndote gritar de dolor y placer.
"Más rápido - señor, ¡por favor!" Dottore dejó escapar un gemido gutural ante el honorifico, acelerando sus caderas ante tu petición: gemidos entrecortados dejándolos a ambos mientras lo hacía.
"Córrete para mí", gruñó Dottore contra tu piel, la palma de su mano enguantada empujando tu espalda más hacía abajo en un arco cruel, tu trasero rebotando con cada embestida. Como si fuera el momento justo, te corriste en su polla, y el presagio te siguió poco después, murmurando maldiciones en el idioma snezhnayiano mientras derramaba su carga dentro de ti.

Ustedes dos permanecieron así, con la cara de Dottorw enterrada en tu cuello, respirando tu dulce olor.

"...de nuevo..."

Dottore arqueó una ceja, alejando su rostro - "¿de nuevo?"

Lo volviste a mirar, con los ojos vidriosos por la lujuria y las pestañas llenas de lágrimas secas, con la voz sin aliento mientras dejabas escapar un gemido lastimero: "Otra vez, ¡fóllame otra vez! - lléname".