𝗛𝗜𝗚𝗛𝗪𝗔𝗬 𝗧𝗢 𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 ー Genshin Impact Smut.

6. 𝗦𝗰𝗮𝗿𝗮𝗺𝗼𝘂𝗰𝗵𝗲.

Ex obsesionado.

Advertencias: semi-violación / violación, masturbación femenina, acoso, besos agresivos, sexo duro, degradación ligera, pose de perrito, mordidas, juego con los pezones muy ligero.

Palabras: 1.667.

Créditos: @nixara en Tumblr.

Llegó otro mensaje de texto de otro número desconocido. Bueno, en realidad no era desconocido. Sabías quien era y, sinceramente, ¡no podías creer que tuviera la audacia de bombardearte con mensajes! Scaramouche había roto contigo hace unos meses, pero avanzaste más rápido de lo que él esperaba. Él esperaba que volvieras rogándole que volviera a ser tu amado, pero no, ¡seguiste adelante como si él no existiera!

No lo sabías, pero Scaramouche poco a poco se estaba arrepintiendo de su decisión de romper contigo. ¡Se estaba volviendo loco por ti, acechando tus redes sociales e incluso siguiéndote a todas partes! Sabía dónde vivías, ya que nunca te mudaste de lugar. Observó a cada hombre que te pedía tu número, asegurándose de que no terminaran enviándote mensajes de texto nunca más. Siempre te preguntabas por qué no respondían a tu mensaje cuando ellos querían en un inicio tu número.

Volviendo al presente, bloqueaste el número y suspiraste con frustración porque Scaramouche seguía creando nuevos números solo para enviarte mensajes de texto. No pudiste soportarlo más. Estabas a punto de perder la cordura y la paciencia con este hombre. El teléfono seguía sonando con otra llamada desconocida y ya estabas harta. Respondiste a la llamada y gritaste por el micrófono.

"¿¡Podrías parar?! ¿Tú eres quien quería romper y ahora me estás bombardeando de mensajes?" Frunciste el ceño frente a tu teléfono, ya que estabas harta del comportamiento de tu ex. ¿¡Cómo tuvo Scaramouche la audacia de llamarte una y otra vez, haciendo nuevos números uno tras otro?! El otro extremo permaneció en silencio, no se escuchó una palabra. ¿Estaba Scaramouche al otro lado del teléfono o qué? Luego de unos segundos de silencio, la llamada terminó... Qué extraño, pero suspiraste para ti misma, realmente contenta de que no respondiera.

No lo sabías, Scaramouche estaba escuchando detrás de tu puerta. Su corazón latía aceleradamente, su respiración se entrecortaba en su garganta y su cara estaba toda roja. Sonabas tan hermosa mientras estabas enojada y sonabas aún mejor cuando le gritabas. Le envió escalofríos por la espalda. Scaramouche sabía que estabas en casa y se iba a aprovechar. Podía sentir su polla endurecerse sólo de pensar en ti, su mente llena de ideas de lo que podría hacerte una vez que encontró el camino a tu casa.

Al otro lado de la puerta, todavía estabas enojada y lista para tirar tu teléfono a la pared, si no fuera tu salvavidas. Suspiraste con frustración, respirando profundamente antes de salir por la puerta. Necesitabas aire fresco, así que caminaste por tu pequeño complejo de apartamentos, sólo para chocar contra algo duro. Era un pecho que no pertenecía a nadie más que al propio Scaramouche. Te quedaste en shock. ¡¿Qué estaba haciendo aquí?!

Diste un paso atrás, a punto de gritarle, pero él rápidamente puso su mano sobre tu boca. Su mano libre se extendió, empujando la puerta de tu casa para abrirla y rápidamente te arrastró hacia adentro, empujándote contra la pared. Scaramouche te miraba fijamente a los ojos, con una sonrisa en los labios. Tu corazón estaba acelerado y no podías creer que esto estuviera sucediendo. ¿Por qué estaba él aquí? ¿Qué estaba haciendo? Tenías tantas preguntas, pero no había tiempo para hacerlas, mientras Scaramouche te sujetaba las manos contra la pared y te besaba los labios con rudeza.

No tuviste tiempo de reaccionar cuando Scaramouche empujó su lengua dentro de tu boca, explorando el interior mientras sentías como si te estuviera comiendo viva. Entrando en pánico, usaste toda tu fuerza para intentar liberarte de su agarre, pero era demasiado fuerte. Sus brazos te sujetaron con más fuerza mientras se alejaba del beso, con una sonrisa sádica y malvada en su rostro. Tragaste saliva y trataste de apartar la mirada, pero sus dedos te agarraron la barbilla, obligándote a mirarlo.