𝗛𝗜𝗚𝗛𝗪𝗔𝗬 𝗧𝗢 𝗛𝗘𝗔𝗩𝗘𝗡 ー Genshin Impact Smut.

27. 𝗙𝗿𝗲́𝗺𝗶𝗻𝗲𝘁.

Necesitado.

Advertencias: dom!reader, sub!freminet (cmo ami m gusta 🥵🥵), sobre estimulación, montar, oral (hombre recibiendo), corrida, sexo sin protección.

Palabras: 2001

Créditos: @heizlut en Tumblr.

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Fue verdaderamente una maravilla cómo lograste entablar una relación con Fréminet. Eras extrovertida, espontanea y franca: sinceramente, la antítesis de Fréminet. Pero eso no te impidió perseguirlo. Viste lo que querías y lo obtuviste, cada vez.

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No pasó mucho tiempo hasta que acabaste con Fréminet a tu lado. Habías sido persistente en conocerlo desde la primera vez que lo viste, siempre convenientemente tomando el sol en cualquier playa en la que decidiera bucear ese día.

Fréminet nunca entendió por qué te gustaba tanto. Sentía que no era nada comparado con Lyney y Lynette, quienes ocupaban el escenario de la ópera con actuaciones extravagantes mientras él se sentaba al margen. Pero honestamente lo prefería así, nunca había sido alguien que fuera el centro de atención, nunca quiso llamar la atención sobre sí mismo. Entonces, ¿por qué seguiste hablando con él?

Honestamente, su comportamiento tranquilo te resultó intrigante. Te pareció absolutamente adorable cuando hablaba tan suavemente y torpemente con sus palabras, a menudo sonrojándose cada vez que encontraba tu mirada. Lo abrumaste y empezaba a gustarle los sentimientos que le dabas, especialmente cuando te burlabas de él.

No pasó mucho tiempo antes de que hubiera toques persistentes, miradas suaves pero ardientes, que evolucionaron hacia besos apasionados y manos errantes. Fréminet confío en ti y se perdió en ti.

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Fréminet se desploma en el sofá, con su equipo de buceo esparcido por la sala de estar. El día había sido largo y el agua estaba fría. Cierra los ojos, buscando un respiro del mundo, solo para que sus ojos se abran cuando sintió unos labios suaves rozar su sien. Allí estabas, luciendo hermosa como siempre, vestida nada menos que con una de sus camisas.

Te sientas en su regazo, a horcajadas sobre él, lo que le hace dejar escapar un suave suspiro mientras te relajas contra él. Te rodea con sus brazos y hunde su rostro en tu cuello, "Oye, hermosa...", su voz sale tensa y cansada, amortiguada contra tu piel.

Pasas tu dedo por su cabello, "¿Largo día?". El sonido de tu voz y tu peso encima de él lo hacen sentir seguro y cálido. Fréminet deja escapar un murmullo de reconocimiento, demasiado agotado para mantener una conversación adecuada. De todos modos, no era alguien que hablara mucho.

Te recuestas, tomando su rostro entre tus suaves manos mientras miras sus ojos cansados, "Déjame cuidar de ti, amor..." Inclinándote, presionas tus labios contra los de él, enviando un hormigueo por la columna de Fréminet. Cada toque, cada beso, todo hacía que su mente se convirtiera en papilla.

Sintiéndolo relajarse contra ti, una sonrisa tira de las comisuras de tus labios. Tu lengua pasa por su labio inferior, pidiendo permiso para entrar. Fréminet deja escapar un suave gemido, permitiendo que tu lengua se deslice y baile con la suya. Tus manos recorren su cuerpo, recorriendo su abdomen hasta que tus dedos se enganchan en el dobladillo de su camisa, tirando de ella hacia arriba y por encima de su cabeza.

Te inclinas hacia atrás, deslizando tus labios por la línea de la mandíbula hasta su cuello, mordisqueando suavemente su clavícula. "Voy a hacer que olvides todos tus problemas", murmuras contra su piel, tu aliento caliente envía una sacudida de excitación directamente a su polla. "Sólo relájate y déjame encargarme de todo".