Freen
-¡Freen, buenos..!
Paré en seco a mi hermana, -No grites, no, no lo hagas -me agarré la cabeza-. Siento que se me va a desprender la cabeza.
-Eso te pasa por tomar tanto, sabes que no eres muy tolerante. Ya te sirvo un poco de café -lo miré-. Esta vez si es de verdad, compré café.
Me sirvió una taza y la dejó frente a mí. La tomé y bebí un poco sintiéndome más en sintonía. Nam no tardó en sentarse frente a mí, literalmente a mirar con una sonrisa medio diabólica.
-¿Sucede algo?
-Dame las gracias.
Voltee los ojos, -Gracias, Nam.
-Bien. Ahora, ¿Cómo te fue anoche con Becky?
Me froté los ojos, -No lo sé. No recuerdo ni la mitad de lo que sucedió anoche.
¿Estaba mintiendo? sí. En realidad sí recordaba todo, o bueno, casi todo, y fijo que no podré mirar a la cara a Becky de la vergüenza. Me comporté de una manera tan inmadura e idiota, que en serio me desconozco.
-Eres más falsa que el culo de las Kardashians. Te recuerdas de todo, tú no eres de olvidar lo que haces a pesar de haber tomado.
-Siempre hay una primera vez -me paré a llevar mi taza al leva platos-. Y deja de ser tan chismosa.
-No, yo no soy chismosa, los chismosos son los del periódicos.
Fruncí el ceño, -¿De qué hablas?
-Espero que donde esté Seng no hayan, porque sino... -chasqueó la lengua-. Te veo algo metida en problemas.
-Dame el periódico -este me lo tendió. Comencé a leer lo que decía-. No puede ser. Aquí dice que compré a Rebecca Armstrong en una subasta por una noche de pasión. ¡Me quiero matar! -lancé el periódico hacia la pared-. Seng no suele leer los periódicos, espero que no lo haga ahora.
-Pero si es que no está sólo en los periódicos, no. Está en todas las redes, en como te vieron saliendo de la mano con Becky, y más.
-Sólo falta que hayan puesto que follamos como bestias, por favor. Me lleva el mismísimo demonio -quería ahora mismo golpear a alguien.
-¿Qué? si yo no tengo la culpa, a mi no me andes mirando feo. ¿Me puedes decir que pasó realmente? estoy loca por saberlo todo.
-No pasó nada, Becky y y yo ni siquiera nos tocamos -no porque no quisiese-. Estoy casada, ¿crees en serio que hubiera tenido algo con Becky?
-Sí -respondió sin titubeos.
-No, Nam, nunca. Ya te dije, por ella yo no siento nada...
-Blah, blah y más blah. A otro lector con ese cuento porque yo que lo leo, no me lo creo.
Becky ya no siente nada por mí, me lo dejó muy en claro anoche. Me dijo mirándome a los ojos que amaba a su novia, que jamás volvería a estar conmigo y que ese error no lo comete dos veces; y se veía muy en serio sus palabras, y no me queda más que aceptar aquello. Nunca debió volver, nunca debí cruzarme con ella, todo ha sido un error.
-Parece que no te cansas de negarte a tus sentimientos -dijo como si leyera mi mente-. Te dices que no sientes nada por ella, que no la quieres, que la odias, pero en cuanto puedes das medio riñon por una noche en la que no pasa absolutamente nada, sólo para sentirla tuya.
-¿Vas a seguir en ese plan?
-Estoy siendo franca -refirió-. Claro, a ti te molesta que te digan las cosas. Hasta tú misma estás hasta la coronilla de negarte lo que sientes, de que cuando la ves lo único que quieres es besarla, porque sí, eso sientes y no me digas que no. Ustedes forman un ambiente de tranquilidad, un ambiente "Sano", no tan sano por los problemas que hay, pero se quieren.
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Sweet Heart Freenbecky
RomanceDespués de dos años de mucho dolor y sufrimiento y estar lejos de su familia, Becky decide volver a su casa para solucionar algunos problemas de la empresa los cuales ella considera grave. Al sanar su fobia y demostrarse a sí misma que pudo mejorar...