—Eres un hombre extraño, ¿lo sabías? —comentó un hombre en la tranquila noche. La luna brillaba intensamente, y las estrellas se alineaban en perfecta armonía a su alrededor. En respuesta, unos ojos brillantes se dirigieron hacia la voz.
—Soy uno entre muchos —respondió la voz, áspera y llena de poder, resonando en la quietud nocturna. A pesar de la juventud aparente, la expresión en esos ojos brillantes denotaba cansancio y desinterés, algo extraño que no escapó a la percepción del hombre.
—No, he viajado por el mundo —insistió el hombre, destacando la peculiaridad del individuo frente a él, quien respondió con una sonrisa segura—. Eres bastante extraño, y esa armadura parece muy desgastada y antigua.
Los ojos brillantes parpadearon, revelando su molestia. Aquel hombre de cabello blanco y el extraño adorno sobre su frente resultaban irritantes, como una luz deslumbrante e innecesaria que dificultaba la visión.
Entonces, un pequeño sapo interrumpió la conversación, posándose sobre el hombro del hombre con el extraño adorno en la frente y susurrándole algo al oído. La expresión alegre de este se desvaneció al instante, señal de que había recibido malas noticias.
—Parece que me necesitan en otro lado —dijo el hombre con seriedad, su mirada reflejaba preocupación por lo que fuera que le habían comunicado.
El joven de ojos brillantes asintió con indiferencia. —Ve, ayuda a quienes lo necesitan, y guíalos por el buen camino, Jiraiya.
Y así, como si se tratara de arena que el viento sopló, el joven se desvaneció ante la mirada atónita de Jiraiya, dejándolo solo en la tranquila noche. Con un suspiro, el shinobi continuó su camino, sabiendo que el destino lo llevaría a donde fuera necesario.
Agotado mentalmente, recordó que nunca pregunto el nombre de aquel chico. Ojalá el destino los volviera a unir, quien sabia la carga que tenía aquel joven.
No se había alejado de la aldea de la niebla, una vez que confirmo no sentir la presencia de Jiraiya, el joven una máscara oni, y su armadura surgió a través de un sello de sangre desconocido puesto en su cuerpo.
—Ah...—un suspiro agotado escapo de sus labios, su mirar contemplativo en una dirección oculto tras la máscara, se encontraba la famosa aldea de la niebla.
El joven observó la aldea de la Niebla en proceso de reconstrucción con una sensación de satisfacción. Aunque su tarea aún no había terminado, ver la felicidad en los rostros de las personas y escuchar las risas de los niños le recordaba por qué había luchado tanto.
La paz, tan cruelmente arrebatada, finalmente estaba retornando a aquellos que la merecían.
Satisfecho con su misión, se marchó de allí.
Mientras se alejaba del lugar, su mente se sumergía en recuerdos del pasado. Recordaba los días de caos y desesperación, las batallas que habían devastado la tierra y las vidas perdidas en el camino hacia la paz temporal. Sin embargo, también recordaba el brillo de esperanza en los ojos de aquellos a quienes había salvado, la determinación de seguir adelante a pesar de la adversidad.
A medida que caminaba, reflexiono sobre su destino real, su tarea seguía de pie, debía crear un enemigo poderoso, uno que obligue a las cinco aldeas poderosas a formar una sola nación.
Sabía que la paz era frágil y que el mal siempre acechaba en las sombras, pero también sabía que mientras hubiera luz en el corazón de las personas, siempre habría esperanza para este objetivo.
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Ecos del Olvido: El Shinobi que Desafió al Destino[運] -Naruto fanfic-
FanfictionEn un mundo donde el destino parece controlar los hilos de la existencia, un shinobi olvidado desafía esa noción. Aunque su nombre se ha desvanecido de los registros, su influencia secreta ha dado forma al mundo ninja tal como lo conocemos. Con una...