JOHNSON
El olor a humedad llega hasta mí apenas pongo un pie dentro de las viejas bodegas. Hay suciedad y polvo inundando al ambiente, y no me pasa desapercibida la mirada que las pocas personas que están aquí me lanzan.
Avanzo hacia el pasillo que me conducirá a la habitación que he visitado en numerosas ocasiones, pero en la cual no he estado desde hace cinco años.
Me prometí nunca volver a este sitio, pero aquí estoy.
Marcelo ya está esperándome cuando entro, está cómodamente sentado en uno de los sillones fumándose un cigarrillo. A un costado, una carpeta y una computadora junto con un celular.
—Johnson —sonríe soltando el humo del cigarro —tiempo sin verte.
—Marcelo —le dedico un asentimiento. Él toma la caja de cigarrillos y me extiende una —lo he dejado, gracias.
Se ríe levemente.
—Tengo que admitir que me sorprendió recibir tu llamada, fuiste claro cuando te marchaste hace años.
Es mi turno de sonreír aunque lo hago sin ganas.
—Parece que mis planes últimamente no están resultando como hubiese esperado —me acomodo en el asiento que queda frente a él —y por eso necesito de tu ayuda.
Marcelo apaga el cigarrillo, lo lanza despreocupadamente contra el piso y toma la carpeta que está a su costado. Le da un vistazo rápido antes de extendérmelo.
—Bruno Millers es una fichita —dice mientras toma la computadora —está inmerso en negocios ilegales, tiene muchísimo dinero e hijos no reconocidos por todo el mundo —una corta risa brota de él —Ron Collins no era el único, pero sí uno de los más influyentes así que no me sorprende que haya ido a por él.
—Entonces si es su padre.
—Por supuesto —hace un ademán con la mano para que abra la carpeta —estuvieron juntos múltiples veces, cuando Ron murió, se le perdió el rastro por varios meses hasta que reapareció de nuevo en Italia.
—¿Crees que sepa la verdad y su aparición es simplemente un truco?
Marcelo se encoje de hombros.
—No estoy seguro, no parece haber hecho nada extraño durante estos últimos años. Se dedicó a sus negocios, y fue hasta unas semanas que volvió a Washington. Antes de eso no había pisado el país desde la muerte de Ron.
Le doy un vistazo rápido a las hojas, hay información y fotografías, en muchas de ellas aparece Bruno, junto con un hombre más joven.
—Hay algo más —Marcelo gira la computadora hacia mí —si bien es cierto que Ron Collins es su hijo, no estoy convencido que su motivo de venganza sea solo por eso.
Me inclino hacia adelante mirando la información.
—Está detrás de Bea —mascullo.
—Bea fue quien recibió todo el poder al morir su esposo, Bruno ha estado intentando infiltrarse en varios negocios en Washington, tal vez quiere vengar a su hijo pero también quiere más poder. ¿Qué mejor forma que obtenerlo de una inocente viuda millonaria?
Una sonrisa ladeada tira de mis labios.
—Bea no es inocente, créeme.
—Nunca subestimes el poder de una mujer —dice con tranquilidad. Saca una memoria de USB de su bolsillo y lo miro conectarlo a la computadora. Al cabo de unos minutos lo retira y me lo entrega junto con el celular a su costado.
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Tentación Prohibida
RomanceLibro 2 "Bilogía tentación". Se puede leer sin necesidad de leer el libro anterior. ¿Qué pasa cuando el amor se encuentra al lado de una persona prohibida? Bea y Jonhson en circunstancias normales nunca se hubiesen conocido. Pero ninguno vive con...