El chico estrella

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La estrella y Asha se quedaron un momento observándose fijamente el uno al otro. Valentino los miraba a los dos esperando algún tipo de reacción. El único que no parecía confundido era el chico de las estrellas, que sonreía de oreja a oreja.

-¿Vamos a seguir mirándonos a los ojos durante mucho tiempo o...?- preguntó el chico inocentemente sin apartar la mirada.

"Eres una estrella y estás delante mío, deberías entender que no estoy acostumbrada a lo que sea que sea esto" pensó Asha. No fue capaz de articular las preguntas que se acumulaban en su cerebro. 

-Soy Elías y como habrás podido notar: soy una estrella- se presentó el astro para romper el silencio-. He escuchado tú deseo y he decidido bajar personalmente a ayudarte. Soy tu ayudante mágico personal.

Tras eso Elías sonrió de nuevo a Asha, que seguía observándolo con la boca abierta incapaz de verbalizar lo que pasaba por su cabeza. Al poco, su cerebro al fin salió de la neblina del asombro y se decidió a empezar a formular preguntas.

-¿Te llamas Elías?

-Sí, porqué.

-¿Las estrellas tenéis nombre?

Elías le miró sin comprender. Era un chico muy expresivo.

-¿Porqué no?

-¿No sé?

El silencio volvió a instalarse entre ambos. Asha no tenía ni idea de qué decirle y Elías estaba ocupado buscando la manera de acariciar la cabeza de Valentino, que intentaba esquivarlo de la manera más respetuosa posible. Parecía no tener prisa por empezar a ser de utilidad.

-¿Porfi?- le suplicó a la cabra cuando le hizo la cobra por tercera vez.

-Beee- respondió Valentino molesto. 

-¡Hey! No sé qué es eso que me has llamado pero estoy seguro de que no lo soy.

-Bee.

Dolido por las palabras de la cabra, Elías volvió a centrar su atención en la chica.

-Deberías enseñarle modales.

-¿Puedes entenderlo?- preguntó Asha saliendo de su asombro anterior para entrar en otro-. ¿Qué ha dicho?

-No soy un chivato- respondió inmediatamente. Y no, la autora tampoco va a traducirlo ya que esta obra es para todos los públicos. Además, Valentino le estaba mirando amenazadoramente y Elías sentía que si decía algo le iban a suceder cosas terribles-. ¿Puede hacerme daño?

-Probablemente.

Elías se alejó unos metros de la cabra levitando. No se sentía seguro cerca suyo. 

-¿Qué...? ¿Porqué...? ¿Cómo es que...?

-Ah sí, debes tener algunas preguntas. Dispara- ordenó Elías mientras flotaba un poco más alto para imponerse, para parecer más formal y poderoso. 

Intentaba mostrarse como todo un profesional, pero su mirada y comportamiento infantil le quitaban esa seriedad que intentaba denotar. Eso a la pobre Asha se le pasó por alto. Se le habían atascado las miles de dudas que tenía. ¿Por dónde debería empezar?

-Por todos los deseos...- maldijo en voz baja. No era capaz de centrar su hilo de pensamiento en una sola cosa.

-¿Por todos los...? ¿No sería mejor decir por todos los cielos? La jerga entre los astros y los humanos parece que es un tanto diferente ¿Quizás nunca podamos llegar a entendernos?- murmuró para sí mismo el astro.

- Pues claro que te entiendo idiota. Hablamos el mismo idioma- notando lo brusca que había sonado intentó darle la oportunidad de explicar porqué se había hecho una pregunta tan tonta.

Wish: porque Disney podría haberlo hecho mucho mejorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora