C A P Í T U L O - 0 1 :

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Aitana

Viernes, 19:50 P.M

Quiero, puedo y me lo merezco. Lo repito hasta tres veces, mientras avanzo sobre la tarima improvisada en el salón de actos. Son cerca de las ocho de la noche, fuera ya oscurece y aquí dentro nos iluminan los miles de focos repartidos por la sala. Hoy es mi graduación y con ella una etapa de mi vida llega a su fin.

Mi madre y su pareja están entre el público, apoyándome y haciéndome mil fotos y videos seguramente. Observo a Lorena, mi mejor amiga de toda la vida, que camina delante de mí con un hermoso vestido de color rojo carmesí y que hace un hermoso efecto bajo la beca blanca de graduación. Cojo aire, busco a mi familia entre el público y sonrío; lo están grabando todo.

Aitana Navarro, doy un paso al frente y con mi mejor sonrisa saludo a todos mis profesores, recibo mi beca y diploma. Después camino al centro con Lorena y juntas posamos para la cámara; no podría haber tenido mejor acompañante para este momento. Es sin duda algo que siempre recordaremos.

Cuando la entrega de becas y diplomas termina nos quedamos en el lateral del escenario y escuchamos el discurso de nuestro tutor, quien recuerda alguna que otra anécdota de estos cuatro años de secundaria.

La verdad hemos sido muy afortunados por haber tenido al mismo profesor año tras año. Después se queda en silencio, el público murmura y Lorena se ríe por lo bajo, le sudan las manos y la veo mirarme de reojo.

-¿Te encuentras bien? -Le pregunto.

-Sí, son los nervios. -Es su única respuesta, aunque su aspecto es totalmente diferente.

-Antes de finalizar este acto me gustaría entregar una última mención de honor, que para mí en concreto es muy especial. Es una alumna a la que he visto creer y superarse con verdadero esfuerzo. -Hace una pausa, me observa y sonrío.

-Lorena, ¿qué es esto? ¿Tú lo sabías? -Asiente, con una enorme sonrisa y me aprieta la mano.

-Además de ser una de nuestras editoras del periódico escolar, es también una mente brillante y como todo esfuerzo tiene una recompensa quiero pedir a la señorita Aitana Navarro, de 4ºB que por favor se acerque para recoger su diploma de honor. -Finaliza y todo el salón estalla en aplausos. Incluso el novio de mi madre que grita y silba; es el padre que nunca he tenido.

-¡Felicidades, tesoro! -Mamá me recibe con los brazos abiertos y un sonoro beso en la mejilla.

-No puedo creerlo, te lo juro. ¡No tenía ni la menor idea! -Las lágrimas me brotan de los ojos y Ramón, su pareja, me abraza con ternura.

-Estoy muy orgulloso de ti, Aitana. Sabía que lo conseguirías. -Sonrío y me da un beso en la frente.

Para mamá y para mí es todo un logro verme graduada; ella dejó el instituto cuando se enteró que estaba embarazada. Apenas tenía quince años y él único apoyo que tuvo fue el de sus padres, porque mi "padre" desapareció ese mismo día y ni si quiera conozco su nombre; información que tampoco necesito.

Padre no es quien engendra, sino quien cría y a mí me crió Ramón. Mamá ahora tiene 32 años y aunque nunca retomó sus estudios es mi mayor orgullo y pilar. Lorena viene a buscarme para hacernos las fotos post-graduación antes de irnos a cenar con nuestros compañeros, me despido de mi familia; tras hacerme mil fotos con ellos y me marcho con mi mejor amiga.

Mi vestido es azul eléctrico, es precioso y ligero, de tirantes finitos y ceñido a la cintura, obviamente escogido por Doña Isabel; mi madre, y Lorena.

-No puedo creer que al fin estemos graduadas, dios es que parecía tan lejano y ahora ya...que locura. -Sonrío viendo las fotos que nos hemos tomado.

-La verdad es que sí, pero ha merecido la pena, ¿no crees? -Asiente, me pide que le saque unas fotos con sus padres y acepto.

El despertar de Aitana I Yovana PérezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora