•Mi hermosa casualidad• [Blas Polidori]

Capítulo XXV

•Te pido perdón•

→No sabía lo que hacía, cada vez me arrepentía más de lo que estaba haciendo, caminando por este lugar que está más abandonado que otra cosa, buscaba dónde se econtraba la casa de mi padre.

──Ey bonita ¿Te perdiste? ──dijo un vago desde la puerta de su casa, ella solo seguía caminando con miedo.

Hasta que al fin dió con aquella casa, desde fuera se veía que estaba con sus bases débiles, algo que no duraría más de dos años, Mackenzi tuvo pena pero tomó el valor y tocó la puerta.

Aquel hombre que había visto la noche anterior estaba ahí.

──Mackenzi sabía que vendrías── dijo él.

El señor se hizo a un lado para que ella pasara, todo estaba tirado, botellas de cerveza pedidos de delivery, ropa.

La mesa llena de suciedad, que fue limpiada rápidamente por su padre.

──Sientate mi bonita──dijo su padre.

Mack se sentó lentamente.

──Cómo verás no estoy en mi mejor situación y nadie me quiere ayudar── dijo su padre mirando a la chica.

──Vine a ayudarte, a proponerte algo── dijo Mackenzi.

──Dime──dijo atento.

──Mira, yo apenas estoy empezando a crecer en estos medios necesito alguien que sepa administrar mi carrera y ¿Qué mejor que mi padre? Además tu trabajaste en una empresa muy conocida administrando ¿No?── dijo Mackenzi y su padre asintió──Bien, si tú aceptas incluso te pagaría y saldrás de vivir de este tipo de lugares──dijo.

──Yo encantado de ayudarte──dijo la malicia de su padre, él se escapó por las deudas que dejó en aquella empresa que hablaba su hija, a él no le importaba nada más que el dinero.

Y afortunadamente Mackenzie tenía mucho después de aquella película, es por eso que su primera opción fue llegar a ella, siguiendo sus pasos desde el tráiler de la película.

──Mirá traje un contrato para cerrae nuestro trato──dijo ella.

──Seremos papá y hija haciendo de tu futuro algo brillante──dijo su padre firmando.

Mackenzi sonreía al ayudar a su padre, no lo juzgaría, trataría de entenderlo.

──Te quiero pedir algo más── dijo apenada la chica.