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—Colette…— Fang estaba sentado en un rincón del vestuario, hojeando las redes sociales de Colette. —Vaya, parece igual de rara en persona que en línea.

Luego entró a su galería, a revisar las fotos que había tomado de la agenda de Colette en busca de pistas, echó un vistazo a la página que decía "Fang".

“Este joven atractivo y musculoso fastidia a mi amigo Edgar, pero tiene talento y me gustaría ser su novia”, decía junto a algunas fotos distraídas de él.

“Una vez me dijo; Fea con dientes horribles, y que mi aliento olía a ajo :(“

—Recuerdo que la vez que leí esto quedé bastante perturbado, pero eran similares a todas las páginas.

“Janet, una gimnasta con un cuerpo impresionante, MUY atractiva. Debería ser mi novia”, estaba escrito junto a fotos de Janet haciendo ejercicio.

Colette es muy loca de una manera extrema, ¿Pero los odiaba al punto de hacer eso?

“Luce más bien como si quisiera tener una orgía con todo el instituto” Recordó palabras de Jacky.

—No lo sé... Pero no puedo descartarla aún. No ha asistido al instituto por lo que veo y no se ha publicado nada de ella.

El timbre para el receso sonó y, después de asegurarse de que todos se habían ido, Fang salió del vestuario lentamente.

Desde lejos, observó a Buster tomando agua, rendido y sudando como si no hubiera hecho ejercicio en años. Fang no pudo evitar reírse de la escena.

Pero al ver a Buster, se le encendió una idea: Colette está en su clase. "Quizás él sepa algo", pensó. Se acercó a Buster. —Hola de nuevo.

—¡Hola! ¿Ya reconsideraste lo del pelo naranja? Yo nací así.— Buster sonrió mientras ofrecía agua a Fang, quien la rechazó con un gesto de disgusto.

—No, no me refería a eso. Olvídalo— Fang rió un poco y se sentó a su lado, observando a algunas personas entrar al gimnasio para jugar. —Quería preguntarte si conoces a Colette. ¿Está en tu clase, verdad?

—No somos cercanos, pero sí, está en mi clase. Parece que solo se lleva bien con ese chico de tu clase, ¿no, Edgar?

—Sí, exactamente.

—Pero es... bastante peculiar. No quiero juzgar, pero creo que algo anda mal con ella mentalmente— Fang estaba atento a la conversación.

—¿Por qué?— preguntó Fang.

—Una vez, después de deportes, se me acercó y me preguntó si podía olerme. Me sentí muy incómodo— Buster frunció el ceño, recordando el incidente.

—¿¡En serio!? ¿Y cómo se relaciona eso con alguna enfermedad mental, Buster? —Fang no pudo contener la risa, apoyándose en sus rodillas.

Buster sonrojado y nervioso respondió —No lo se realmente, pero es algo raro ¿No?

—Si, hombre, ¿Cómo no? Me da risa el hecho de que te haya preguntado eso.

Buster se rió junto a él. —Oye Fang, pensaba que eras un tipo malo, pero no pareces tan malo como dicen.

—¿A qué te refieres? —Fang dejó de reír y se puso más serio.

—Siempre escucho a un grupo de chicas en mi clase diciendo que te burlas de todos y que entras a clases de deportes de otros grados para sentarte en las gradas y burlarte de la gente. Incluso he oído a Colette decir que hiciste darle un ataque de pánico a Edgar o algo así.

—Mmh— Fang se detuvo, mirando al vacío.

—Pero ahora que te conozco, no pareces tan malo. Deben de ser solo rumores —Buster puso una mano en el hombro de Fang, sonriéndole.

—Son solo rumores —respondió Fang, aunque sabía que eran ciertos. No entendía por qué mentía ahora; si fuera cualquier otra persona, se habría sentido orgulloso de ello.

—Entonces, ¿por qué tanto interés en Colette? —preguntó Buster.

Fang retomó su atención. —Bueno, no sé si debería contarte esto, pero sospecho que ella podría estar detrás de esa cuenta. Aunque también tengo sospechas sobre Edgar.

—¿De verdad crees eso? También me interesa saber quién está detrás de todo esto y recuperar a mi única amiga.

—¿Única amiga? ¿Por qué no tienes más amigos? Luces muy amigable.

—Siento que todos me odian. Trato de ser amigable, pero algo en mí los aleja. Y las mujeres parecen no querer ser mis amigas, creo que solo buscan algo más conmigo —Buster bajó la mirada, tocando sus palmas. —De hecho, estoy sorprendido de que estés hablando conmigo con tanta naturalidad.

Fang, tan egocéntrico como siempre, no se sentiría intimidado ni inferior ante nadie. No entendía la situación. —No es por nada, pero pareces una mandarina con gafas. No das miedo.— “Soy diez veces más guapo que él, no hay manera” Pensaba Fang, mientras lo analizaba más.

Buster rió ante esa descripción. —¿Una mandarina?

—Sí, algo así —Fang observó las gafas de Buster. —Por cierto, ¿cómo ves a través de esas gafas? Deben de estar empañadas.

—Oh, sí. Iba a limpiarlas, pero llegaste tú.

—¿Y qué tiene eso que ver?

—No me gustan mis ojos, ni que nadie los vea —Buster se rascó la nuca, nervioso.

—Espera, ¿has estado conversando conmigo sin ver nada? —Fang rió.

—Te veo borroso.

—Hombre, seguro que te ves bien. Solo no te quitas las gafas para que las mujeres te dejen en paz —Fang rió irónicamente. —Todas mis amigas y conocidas han tenido un crush contigo. Créeme, solo te conocen por eso. Nadie te odia.

—¿En serio crees eso?

—Sí. Además, ¿quieres ayudarme a descubrir quién está detrás de esa cuenta? —Fang se acercó más a Buster.

—Claro, dime qué hacer y lo haré.

Fang sonrió con determinación. —Imagínate, todas las mujeres están prácticamente a tus pies. ¿Crees que podrías acercarte a ellas y obtener información?

Buster soltó una carcajada. —¿Estás bromeando? ¿Olvidaste la publicación donde me pintan como un mujeriego, un adicto a los podcasts de cómo ser un semental? ¡Incluso me insultaste por eso ayer en el baño!

Fang se sintió apenado y desvió la mirada hacia el suelo. —Sí, lo siento...

Buster suspiró, tratando de mantener el tono ligero. —No te preocupes, haré lo que pueda. Me interesa ayudarte, pero tampoco me pidas cosas imposibles. —Le dio una palmadita amistosa en la cabeza a Fang—. ¿Te doy mi número?

—Claro —asintió Fang y sacó su celular del bolsillo para dárselo a Buster, quien comenzó a anotar su número. —Gracias por estar dispuesto a ayudar. —Fang se levantó y se despidió de Buster, saliendo del gimnasio con una sensación de gratitud. En la puerta, observó como Buster se volteaba y empezaba a limpiar sus gafas, para ahora sí irse.

Tu Secreto | Buster x FangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora