08. TAEHYUNG

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      Media hora después de que Jimin se fuera, me hallaba tumbado en la cama, y mirando la aplicación de citas en mi teléfono móvil me pregunté de nuevo si esto realmente funcionaría.

      «Eres un hombre demasiado dedicado a tu trabajo y a tu hijo, pero necesitas una compañera.»

      Ni siquiera me había atrevido a deslizar el dedo en la pantalla para aceptar a algún perfil en la sección de sugerencias, siendo honesto, pero cuando las palabras de mi mejor amigo resonaron en mi mente y eché un vistazo a mi lado en la cama, en dónde no había más que una mitad vacía, suspiré, recordando.

      Me había enfocado tanto en crear una vida sin necesidades para Yeonjun, una vida que prometí darle cuando llegamos aquí, a Seúl. Pero diecinueve años pasaron ante mis ojos y mi niño pequeño, quien corría dentro del estrecho departamento anterior ya no estaba, ahora era un adulto y en poco tiempo quizás se iría a hacer su propia vida mientras yo...

      Tragué duro cuando el pensamiento creó un nudo en mi garganta y me incorporé en silencio para salir de mi habitación e ir a la de Yeonjun siendo impulsado por la nostalgia. Toqué a su puerta cuando estuve enfrente.

      —Adelante —respondió desde el otro lado y me asomé antes de entrar. Yeonjun se encontraba en su cama, casi a oscuras con la luz del teléfono móvil iluminando su cara —¿Ocurre algo? —preguntó.

      —Solo me preguntaba si podía dormir aquí esta noche, contigo.

      Me miró confuso durante un rato, supuse que porque no hacía esto hace un montón de tiempo, pero luego él asintió y me hizo un espacio a su lado.

      —Claro, ven —palmeó sobre el colchón en el espacio vacío.

      Cerré la puerta detrás de mí y acomodé una de sus almohadas para acostarme, boca arriba con las manos entrelazadas sobre mi estómago. Me quedé allí viendo cientos de puntos de luces con formas de estrellas que se proyectaban hacia el techo y sonreí.

      —¿Recuerdas cuando corrías a mi habitación en las noches? Llorabas porque tenías pesadillas —dije y Yeonjun dejó de teclear en su teléfono móvil para dirigir la vista hacía mí.

      —Lo recuerdo. ¿Tú, tuviste una pesadilla? ¿Por eso viniste?

      Negué mientras se me escapaba una risa fácil.

      —No, no fue por eso, solo estaba recordando. No sabía que seguías usando la lámpara de estrellas.

      Yeonjun miró hacia el techo también y se tomó un momento.

      —A veces la enciendo, las luces son bonitas, todavía me ayudan a dormir mejor.

      Cuando Yeonjun era pequeño tenía pesadillas constantemente. Así que le había comprado esa lámpara, tuve que decirle que era una lámpara mágica que podía espantar a todos los monstruos y que no lo buscarían nunca más, para mi suerte funcionó.

      —El día en que me compraste esa lámpara fuimos al parque de diversiones —agregó y lo miré sorprendido porque en ese tiempo todavía era muy pequeño.

      —¿Lo recuerdas?

      Asintió.

      —De todos los juegos en el parque solo quería subir a los caballos del carrusel —comentó y la escena de esa noche vino de inmediato a mi mente.

      —Subiste como cuatro veces y luego me pediste un caballo real para ti.

      Yeonjun se echó a reír en el silencio de la habitación y yo me reí con él.

DADDY ISSUES » K. TAEHYUNG  [ +18 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora