Narra Mizuki:
Sentir su calor y su aroma hace que algo en mi interior se desespere, en el fondo de mi alma algo grita que debo creer en él, que sus palabras son tan reales como el amor que yo siento por él. Pero mi mente recopila cada mala acción que él hizo contra mi, me siento en una lucha constante, deseando lanzarme a sus brazos y a la vez salir corriendo de estas tierras.
Su respiración choca contra mi piel, logrando que me erice desde la mollera hasta mis pies. No logro comprender porque puedo sentir aquel aroma que solo los lobos logran percibir, no tengo alguien de confianza aquí para consultarle, solo la señora Úrsula y no quiero agobiarla.
Llevo una de mis manos hasta su musculoso brazo, mañana se va, quizás permitirme por hoy, solo por hoy decirle parte de lo que siento. Porque lo mío es real, de su parte no se que tanto lo sea. Giro sobre sus brazos y quedo frente a él, detallando cada parte de su rostro, sus labios tan firmes y apetitosos, su mandíbula bien marcada con su barba bien recortada, sus pobladas cejas y sus risadas pestañas que hacen que sus ojos se vean más atractivos.
—¿Qué tan real es lo que puedes sentir por alguien a quien habías despreciado tanto?.— me atrevo a preguntar.
—No te despreciaba a ti, sino lo que me hacías sentir, en aquel momento no pensaba por mi mismo.— sus ojos penetran hasta mi alma y mi corazón retumba en mis oídos.
—Intento creer en ti, pero en mi mente solo pasan como una película todo lo malo que me has hecho tu y…— no sigo mis palabras, quizás él no tenga que saber.
—¿Y?, ¿Qué sucede?, habla Mizuki, así podremos entendernos.—
—Pía, ella siempre me decía y hacia cosas muy feas. Cuando vine a la mansión a la cena, ella fue algo agresiva.— aquello parece enfurecer a Brandon, sus ojos pasan de un color a otro y puedo comprender que es su lobo el que está ahí.
—Cuando regrese de la guerra, te juro Mizuki que pondré orden, nadie volverá a dañarte.— no digo nada, aún debo decidir que hacer, aún no se si quiero quedarme aquí, mis pensamientos son interrumpidos por su voz.—¿Puedo al menos besar tus labios?.— mis ojos viajan a su boca, deseo como idiota que me bese, ¿Cómo puedo sentir en mi interior amor y odio por una misma persona?.
—Si.— dejo salir de mis labios, no importa si decido marcharme si lo hago al menos habré probado sus besos. No permite que haga otro movimiento, me sujeta por la nuca y choca sus labios contra los míos, su lengua se pasea por mis labios, logrando que los separe, él invade mi boca con su lengua y aquel beso, junto con sus caricias hacen que me sienta desfallecer.
—Descansa mi Luna. Cuando regrese de aquella guerra te haré mía.— temblé en sus brazos y sentí un estremecimiento en mi ser.
•••
El viento soplaba y los pinos se movían como si estuviesen danzando al compás del fuerte aire. Mizuki se mantenía en la entrada del campo de entrenamiento de la manada. La luna llena iluminaba todo el lugar y su corazón latía con fuerza. Brandon, aquel alpha que decía ser su compañero , estaba a punto de partir a la guerra contra las brujas.
Brandon se acercó a ella, su mirada intensa. Sus ojos reflejaban la determinación y la tristeza. —Mizuki—. dijo con voz grave. —Debo irme. Las brujas siguen avanzando con su maldad y debemos terminar con todo esto.—
Mizuki asintió con su cabeza, sentia tristeza y algo mas en su corazón. Se sentía confundida y rogaba que aquellos días lograra ordenar sus sentimientos. —Lo sé, alpha. Pero no puedo evitar preocuparme por ti. La batalla será peligrosa.— aquellas palabras le sacaron una sonrisa al lobo, porque desde anoche ella había abierto un poco más su corazón y eso le daba esperanza.
Brandon la abrazó bajo la atenta mirada de la manada, su abrazo se sintió cálido y reconfortante.
—Prometo que volveré.— susurró. — Ahora eres mi fuerza, Mizuki. Mi razón para luchar.—
Mizuki apoyó la cabeza en su pecho, inhalando su aroma, había pasado aquellos días luchando por lo que había sentido por él, desde que tenía razón.
—Cuida de ti.— le rogó. —Y regresa a salvo.— Brandon besó su frente.
—Siempre estaré contigo, incluso en la distancia. Nuestra conexión es más fuerte que cualquier hechizo oscuro.— aquellas palabras hicieron que Mizuki lo observará por un momento, él no mentía. Pudo ver la verdad en sus ojos.
El resto de la manada se reunió alrededor. Los lobos gruñeron en aprobación, sus ojos brillando con lealtad, estaban seguros que estaba cerca el final de aquellas malditas brujas. Mizuki sintió la energía de la unión que compartían como hermanos y ella sabía que ahí no la veían como su hermana y mucho menos como su Luna. Llenó sus pulmones de aire y decidió sacar esos pensamientos por un momento, iba a despedir al alpha, intentar pensar bien todo en su ausencia.
Brandon se alejó, se perdieron entre los árboles. Mizuki lo siguió con la mirada, sintiendo un nudo en la garganta. «-Espero estar a tu regreso.» susurró sin dejar de mirar en la dirección que ellos se dirigían.
Pero antes de que Brandon desapareciera por completo, una voz fría y venenosa resonó detrás de Mizuki. Pía, la loba que estaba obsesionada con él.
—¿Crees que tu le importas?. Brandon es mío. Siempre lo ha sido.— la ira ardió en el pecho de Mizuki.
—Brandon no es propiedad de nadie.— respondió con firmeza. —Él es libre para elegir y creo que tú has perdido.— aquellas palabras ni siquiera se las creía ella misma, pero estaba cansada que la maltraten y cuando eso sucedía olvidaba las posibilidades de ser feliz en aquel lugar.
Pía se reía, sus ojos brillando con malicia.
—Eso lo veremos, querida. Cuando Brandon regrese, será mío.— Mizuki no pudo contenerse. Se giró hacia la loba y le dejó caer un golpe en el rostro .
—Deja de soltar tu veneno contra mi.— gritó furiosa. —Debes aprender a perder.— dijo con sus dientes apretados.
Pía se llevó la mano a su mejilla sintiendo el ardor del golpe y mirándola de arriba a bajo se marchó. Mizuki sabía que no sería la última vez que se cruzarían. La guerra estaba en marcha, y el destino de todos los hombres lobo estaba en juego. Debía dejar aquellos arrebatos para más adelante, centrar su fuerza en aquella guerra y rogarle a la diosa por la protección de su padre y él alpha.
—¿Porqué actúas así Mizuki, aún no sabes que harás y te crees con derechos?.— se reprendía mientras caminaba al interior de la mansión.
Se giró una última vez hacia el bosque oscuro, encontrándolo totalmente desierto. —Regresen pronto.— susurró con el corazón pesado, Mizuki se quedó sola en la entrada de la mansión, caminó hasta él living luego de unos minutos y se paró frente al gran ventanal, la luna brillaba con una luz algo amarillenta, las estrellas titilaba, su mirada celeste recorrió todos los altos pinos y algo llamó la atención en el cielo, unas alas negras se elevaban de entre los pinos, caminó unos pasos hacia atrás y cuando logró ver al majestuoso ángel corrió en busca de Úrsula.
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Luna Roja
FantasyEl Alpha de la manada Blackmoon ha perdido a su Luna, un ser del Inframundo se la arrebato durante la guerra que se levantaba con los brujos. Ella se rinde ante aquel ser convencida de que su compañera no la ama. Pero nada de eso es cierto. Brando...