Capítulo 10

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𝗡𝗮𝗿𝗿𝗮 𝗠𝗶𝘇𝘂𝗸𝗶:




Auriel había prometido sacarme de estás tierras, que podría ser libre de entrar y salir de aquí cuántas veces quisiera. Pero algo sucedió hace dos días cuando regresó de las tierras de la manada de Brandon, sé que los vigila, lo escuché hablar con uno de sus hombres y con su madre. Esa mujer es tan extraña, cuando estamos con Auriel ella finge su amabilidad conmigo y sospecho que tiene tanto poder de manipulación con su hijo, que mi ángel no sabe ver más allá de lo que esa mujer le dice. Luego está Luciel, él es como Maicol el Beta de Brandon, sé que Puedo llegar a él y comentarle mis inquietudes, percibo su aura y es buena.

En estos días que llevo viviendo aquí, me he sentido extraña, como si algo en mi interior se despertara y me permite ver más allá, tengo sueños muy extraños, pero no me causan temor. Sé que encontraré el significado de todo. Auriel me está enseñando a luchar, a defenderme, porque no quiere que me suceda lo mismo que a su compañera.
Todo lo que tenga que ver con Génesis es muy misterioso y debo reconocer que me llama mucho la atención.
—¿En qué piensa tanto el sol de estás tierras?.— sonrío al escuchar  la voz de Auriel, me hace sentir a gusto con él, le he tomado un aprecio enorme. Es el único que me hace sentir calma cuando alguna pesadilla me atormenta por las noches.
—Pensaba justamente en ti, ya que deseo beber una taza de ese té exquisito que sueles preparar para mi.— me giro para observarlo, nunca voy a cansarme de admirar su belleza y ese aura majestuosa que desprende. Sus alas negras, brillantes arrastran un poco el piso, su altura es sorprendente, sus ojos negros e infinitos tatuajes en su piel. El paisaje que se refleja detrás de él lo hacen ver aún más místico, las nubes rojizas mezcladas con nubes grises, el campo de aquellas rosas y el aroma que desprende su cuerpo. No sé porque me hace sentir tantas emociones juntas, es tan contradictorio, ya que mi corazón solo grita por Brandon. Cómo idiota pensando en él y aún sin saber si me busca.
—¿Mizuki?...
Su voz resonando en mis oídos me regresan y solo puedo sonreírle.
—Disculpa, me fui en un viaje.— hago con mi mano un gesto como si fuese un avión en los cielos. —¿Iremos por ese té?, yo puedo cocinar esas galletas de naranja y chocolate.— extiende uno de sus brazos y camino hasta él, comprendiendo su invitación.
—Acepto esa propuesta. ¡Vamos por ese té y galletas!.— siento el calor de su piel y las suaves alas acariciando la piel expuesta de mis brazos, camino junto a él, sintiéndome segura.
—Me gusta mucho sentir la suavidad  de tus alas. Cuando llegas a mi habitación y me consuelas luego de una pesadilla, bajo tus brazos y estas brillantes alas es donde me siento segura.— sus labios intentan curvarse, pero logra sostener sus facciones serias.
—Siempre te cuidare mi diosa roja.— mi corazón brinca al escuchar como me llama, quisiera saber porque él me dice así. Pero siempre que le pregunto solo me responde que pronto lo descubriré sola.


Cuando llegamos a la cocina, tomo todos los ingredientes para las galletas, me coloco el delantal y comienzo a preparar todo. Auriel observa todo sentado en una de las banquetas, sus ojos están fijos en mi, puedo sentir su nerviosismo, sus dudas al decir algo. Tomó una placa del horno y comienzo a dejar las galletas que voy cortando.
—¿Qué sucede?, ¿Qué me ocultas Auriel?.— lo interrogo sin despegar mis ojos de mis galletas, no me hace falta elevar mi rostro para saber que me mira fijamente y que quizás sus ojos centellen en color rojo. No le gusta que logre leer que algo le sucede, no le gusta que perciba que algo no va bien. El quiere estar siempre un paso adelante, pero lamentablemente a mi ángel se le han pasado muchas cosas y una de ellas es, que estoy segura que su enemigo no está fuera de estás tierras, sino aquí, en su reino.
—Los hombres de Brandon están alrededor de mis tierras .— la simple mención de mi Alpha «Por Dios, estas loca Mizuki. Llamas tu ángel a Auriel y ahora tu Alpha a Brandon.» me reprendo y golpeó mentalmente. ¿Qué sucede conmigo?.  Me pregunto en mi interior, mientras mi corazón late con intensidad.
—¿Qué hacen?, ¿Han dañado a alguien?.—  no quiero que nadie salga herido, no quiero una guerra, si debo morir para que esto termine lo hare. Estoy cansada de que me culpen y me digan que atraigo la maldición por ser humana. —Quizás, debas dejarme ir. Auriel, estoy maldita, soy una humana sin nada especial. No arriesgues tu reino.— le suplico, con la esperanza de poder marcharme, poner distancia de todos ellos y que ya no se lastimen por mi culpa. Ya cargo con la muerte de Laila, no quiero una más.
Camina hasta mi, llegando en tres pasos, sujeta mi rostro con sus enormes manos, dejándome sentir el frío y suavidad de su piel.
—Tu no eres insignificante, tienes un poder único, porque tú eres única. No saldrás de aquí, al menos que ese asqueroso perro demuestre que en verdad te merece.— su voz suena fuerte y sus ojos desprenden un brillo que jamás había visto en ellos.
—¿Por qué haces esto?.— mis palabras salen en un susurro.
—Porque sé todo lo que sucedió aquella noche, porque sé que eres tan pura como el agua del manantial, eres alguien que quisiera para mí vida. Aborrezco a los tuyos, me arrebataron a mi reina. Pero no pude asesinarte, no pude cuando vi en ti la magia que irradian tus ojos y la han intentado apagar.—  sus labios dejan un suave beso en mi frente, provocando un nudo en mi garganta. Nadie jamás en mi vida me había hablado así, nunca vieron tantas cosas buenas en una mujer como yo, una mujer sin su loba. Mis lágrimas bajan por mis mejillas y mojo su pecho.
—No quiero que vuelvas a llorar por personas que no valoran tu ser, tu esencia.— me aferro más a su pecho, rodeándolo con mis brazos. Su piel es fría, pero a mi se me hace la más cálida.
—Lloro, porque jamás me han dicho tantas cosas bonitas.—  toma entre sus manos mi rostro y limpia mis lágrimas.
—Eres hermosa, si aún no amara a Génesis me enamoraría de ti.— hipeo cómo idiota, sintiendo el calor en mi rostro y un golpe de sinceridad me abrazan.
—Si no amara a Brandon desde mis dieciséis años, me enamoraría de ti sin dudarlo un segundo.— y ahí con esas palabras, atesoro la sonrisa que me regala.









🐺💫𝓣𝓮𝓯𝔂 𝓛𝓾💫🐺









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