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Quackity estaba sentado en el sofá de su pirámide, cruzado de brazos y con una expresión enfadada, mientras veía como aquel castaño se movía de un lugar a otro en la cocina, hasta dejar la comida sobre la mesa

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Quackity estaba sentado en el sofá de su pirámide, cruzado de brazos y con una expresión enfadada, mientras veía como aquel castaño se movía de un lugar a otro en la cocina, hasta dejar la comida sobre la mesa.

Hora de cenar, Quacks –le regaló una suave sonrisa al menor– Vete a lavar las manos.

Quackity hizo un puchero con los labios pero no desistió, se levantó de su asiento y se fue directo al baño, ahí se miró en el espejo y soltó un suspiro.

»¿Qué me está ocurriendo?

¿Por qué me siento así?«

Pensó, abrió la llave del lavabo, se mojó las manos para después mojarse el rostro, creía que era todo el estrés que tenía encima y por eso se sentía tan molesto con Luzu. No era la primera vez que su mejor amigo hacia planes con alguien más, él no podía acompañarlo porque tenía sus propios planes, quizás, solo estaba exagerando.

Aceptaba que desde que ganó las elecciones se alejó del castaño, tal vez, eso hizo sentir a Luzu muy sólo y comenzó a acercarse a los demás, y solo tal vez, por eso él y Willy se miraban de esa forma, se hablaban de esa forma, por eso.... Se tomaban de la mano.

¡Él había tomado la mano de Luzu en muchas ocasiones! ¡No significaba nada!

¡Absolutamente nada entre ellos!.

Entonces... ¿Por qué le estaba dando demasiada importancia? Debería concentrarse en sus propios planes en lugar de enojarse por ese tipo de tonterías, debería dejar de hacerse tantas preguntas al respecto, tenía que concentrarse en su maldición, en romperla, concentrarse en Rubius.

–¡Quackity, se va a enfriar esto! –gritó el castaño.

¡Ya voy, chigadamadre! –cerró el grifo y secó sus manos con una pequeña toalla.

Caminó hasta el pequeño comedor y tomó asiento en una de las sillas cercanas a la mesa, su boca se hizo agua con solo ver el platillo que Luzu había preparado, se notaba su gran empeño.

¿Cómo te fue con Rubius? –preguntó con una sonrisa.

El menor se metió una cucharada de comida a la boca– Se la pasó jugando videojuegos hasta que llegaste por mí, y comimos hamburguesas –dijo mientras masticaba.

Termina de masticar –soltó una risita– No te preocupes, será un camino largo.

–Yo no tengo tanto tiempo, tengo asuntos en la alcaldía y.. –lo interrumpieron.

Podemos ir de noche a la alcaldía, yo me aseguraré que nadie te vea –le guiñó un ojo.

Hay un vigilante nocturno –dijo antes de meterse otra cucharada a la boca.

𝑸𝒖𝒂𝒄𝒌  ✿︎ℒ𝓊𝒸𝓀𝒾𝓉𝓎ت︎✿︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora