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El sol estaba por ocultarse y aún no salía de su consultorio, guardaba y acomodaba cosas de su oficina, había tardado más de lo esperado y aún tenía que recoger a Quackity en la casa de Rubius antes de su transformación

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El sol estaba por ocultarse y aún no salía de su consultorio, guardaba y acomodaba cosas de su oficina, había tardado más de lo esperado y aún tenía que recoger a Quackity en la casa de Rubius antes de su transformación. Salió de su consultorio pero antes de cerrar la puerta visualizó a cierto pato acurrucado a un lado, miró unos segundos el hermoso atardecer y metió a Quackity en su oficina. Luego corrió hacia la casa del mexicano, agarró las primeras prendas que encontró para después, correr lo más rápido que podía hacia su consultorio.

Se acercó a una de las ventanas y dió unos suaves golpecitos para llamar la atención del azabache, este se asomó un poco pero al visualizar al de mirada carmín, se apresuró en abrir la ventana.

Tienes que dejar de escaparte así, Quackity –soltó un gruñido.

¿No me vas a ayudar a vestirme? –preguntó con una sonrisa pícara.

El castaño miró al mexicano con una expresión seria, negó haciendo ligeros movimientos de cabeza y lo señaló con su dedo índice.

Tienes cinco minutos para vestirte, si no, te quedarás aquí encerrado –advirtió antes de darse la vuelta.

El híbrido de pato soltó un bufido– Pinche amargado –cerró la ventana y comenzó a vestirse con las prendas que Luzu le había entregado.

Luzu intentó contactarse con su pareja actual a través del comunicador de su muñeca izquierda, pero este tardaba en responder ¿Estaría ocupado? No recuerda que el albino haya mencionado algún plan pero esa noche, planeaba que comieran juntos, los tres por supuesto, después de todo, Willy considera a Quackity como un hijo.

¡Oye Lusuuu! –llamó el hibrido de pato mientras salía del consultorio– Tengo un chingo de hambre –estiró sus brazos y sintió alivio cuando escuchó unos de sus huesos tronar– Verga... Estoy súper estresado.

–¿Tus planes con Rubius no van bien? –preguntó curioso– Esta noche podemos... –lo interrumpieron.

¡Podemos ir a dar un recorrido al bosque o a explorar de noche como en los viejos tiempos! ¿Recuerdas? –se acercó al castaño y se colgó de su cuello– ¿Prepararás pollo frito? –propuso con una enorme sonrisa.

Luzu tomó suavemente las muñecas del mexicano y se alejó un poco de él, si alguien los veía tan cerca podría malinterpretar las cosas, no quería tener problemas con Willy, no cuando ambos estaban mejor que nunca.

Eres un pato, Quacks –comentó con una divertida sonrisa.

¿Sería canibalismo? –cuestionó confundido– ¡Pero el pollo frito es delicioso! Y podrías prepararme chocolate caliente o un té de manzanilla, últimamente no me alimentas como se debe –se cruzó de brazos– Te has vuelto un desconsiderado, Lusu –frunció el ceño.

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⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

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