Hay sólo unos pocos sonidos en mi habitación que he elegido notar; sobre todo desde que Yoongi y yo nos besamos por primera vez.
Por ejemplo; El sonido del ventilador de techo girando por encima, mientras yacemos juntos al lado del otro en la cama. El sonido del disco de vinilo reproduciéndose en la parte superior de la cómoda, un disco que hipaba cada pocos segundos como si estuviera dañado. Un ambientador automático expulsando un siseo de aroma de rosas cada pocos minutos. Y por último, nuestras íntimas inhalaciones y exhalaciones.
Mi corazón latía de una manera violenta por la anticipación. Cada día que pasábamos juntos, más me enamoraba de él. Aquella tarde, el día de mi exhibición nos besamos, y desde entonces nos hemos besado por lo que pareciera una eternidad, aunque no lo suficiente.
Y ahora, tenía miedo.
—¿Yoongi? —lo llamé, mi garganta seca, haciendo a mi voz quebrarse.
—¿Sí?
Me acurruqué más cerca de él, cayendo en la curva de su lado.
Min Yoongi me hacía sentir como si fuera mi manto de seguridad, el lugar al que acudía cuando la vida se volvía un poco fría.
<<Su corazón se siente tan asustado como el mío>>, pensé. Pero ahí estaba, sosteniéndome, igual que siempre, incluso cuando él mismo se sentía tan perdido.
—Vas a romper mi corazón, ¿verdad?
Él asintió. —Podría.
—Y entonces ¿qué va a pasar?—No respondió, pero vi en sus ojos el temor de herirme. El sentimiento estaba allí.
Existe algo frustrante acerca de la forma en que Yoongi ama a una persona: es silencioso, casi en secreto. Tiene miedo de dejar a alguien saber sobre su cariño, porque si la vida le enseñó algo, fue que el amor no era un premio, era un arma. Y se encontraba tan cansado de ser herido.
—¿NaHee?
—¿Mmm?
—Estoy enamorado de ti.—habló en voz baja.
Mi corazón saltó, y aunque sus palabras fueron un espejo de mi mente, sentí el terror y la emoción en el tono de su voz. El miedo era mucho más fuerte, pero el trasfondo de la dicha seguía vivo también. Recibir su confesión fue para mí una dosis de euforia porque, en serio, había deseado tanto que él me amara en voz alta.
Asintiendo lentamente, alcancé su mano, la cual me permitió sostener. Ese fue el momento que lo cambió todo. El momento del que no podríamos volver; el momento al que no podríamos volver. Jamás. Habíamos estado haciendo esto durante un par de semanas, teniendo libremente estos sentimientos de los que aún no entendíamos nada.
Amar a tu mejor amigo es raro. Pero de alguna manera correcto. No me hallaba segura de que hubiera espacio en el corazón de Yoongi para tanto sentimiento, ya que todo lo relacionado con su vida existía en el reino de la oscuridad. Así que para él decir esas palabras significaban más de lo que alguien pudiera entender.
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A pesar de todo, Min Yoongi.
Romansa𝗟𝗼 𝗹𝗹𝗮𝗺𝗮𝗻 '𝗘𝗹 𝗠𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗮𝗺𝗼𝗿𝗲𝘀'; 𝗬𝗼 𝗹𝗲 𝗹𝗹𝗮𝗺𝗼: '𝗘𝗹 𝗠𝗮𝗹 𝗱𝗲 𝗧𝗶'. - Siete Veces Adiós. // La única razón por la cual los caminos de Ji Nahee y Min Yoongi se cruzaron desde que eran muy jóvenes, fue porque sus respect...