9. El preludio de la tormenta.

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Cuando llovía, llovía a cántaros

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Cuando llovía, llovía a cántaros.

Mi hermana siempre decía esas palabras cada vez que se encontraba en medio de un caso judicial y los días de pasantía se tornaban difíciles. 

Cuando sucedía una cosa mala, algo peor lo seguía. Nunca he creído verdaderamente en esta frase, porque suelo ser la optimista de la familia, la chica del vaso medio lleno. Pero últimamente, parecía cierto.

Hacía sólo una semana papá envió su postal de despedida, y honestamente no tuve tiempo para procesar ese evento, porque me encontraba demasiado ocupada siendo espectadora de cómo el mundo se me venía abajo una vez más.

<<Cuando llueve, llueve a cántaros, NaHee. Esa es la verdad sobre el mundo.>>

—Entonces —Suspiró Han Na de pie junto a mí en el pasillo de la farmacia—, ¿cuántas crees que necesitaremos?

Habían pasado dos semanas desde que estuve vomitando cada día. Lo que pensé que era creado a partir de nervios era ahora un temor más grande a medida que nos encontramos frente a las pruebas de embarazo. No sabía a quién más llamar aparte de mi hermana, y cuando oyó el temblor en mi voz, estaba aparcando justo fuera de la casa cuarenta y cinco minutos más tarde.

A pesar de que Han Na era igual de realista y determinada que nuestra madre, ella no era tan insensible. Me quería por mis formas creativas y peculiar personalidad, y yo sabía que iba a hacer cualquier cosa para ayudarme.

—¿Tal vez dos? —susurré, mi cuerpo tembloroso.

Ella puso una mano en mi hombro. —Haremos cinco. Por si acaso.

Caminamos hasta el cajero, y nos vieron como si estuviéramos locas por tener tantas pruebas. Ella cogió un galón de agua también. Cuando me hallaba a punto de correr debido a la sentencia viniendo a través de los ojos de la otra empleada, mi hermana resopló:

—¿Nadie les ha dicho que es de mala educación mirar fijamente?

El hombre evadió la pregunta y la mujer resopló indignada. Mi teléfono sonó mientras caminábamos fuera de la tienda.

 Mi teléfono sonó mientras caminábamos fuera de la tienda

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A pesar de todo, Min Yoongi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora