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En el funeral de Jason Lee los dos supuestos hijos fueron, le dejaron unas flores y miraron la tumba de el hombre varios minutos.
— puede que los pocos buenos recuerdos duraron muy pocos, pero fueron bueno— sonrió fingido Prom ante las palabras de su hermano. Los dos estaban tomados de la mano demostrándole al hombre que a pesar de este intentar separarlos, ahora estaban más que unidos.
— ¿estas triste?— pregunto Prom, Porche lo miro con cara de ¿que estás hablando?
— espero que sea una broma lo que dices P'. ahora tenemos un hogar y muchas más cosas, ¿porque piensas que estoy triste?— Porche regaño a su hermano, este río y apego a su hermano a su cuerpo en un abrazo fuerte para luego hacerle cosquillas, haciendo que el Omega chillara y riera.
— ¿vamos cachorros?— las cosquillas pararon y pronto su atención estaba en el enigma y el alfa frente a ellos.
— vamos— los dos tomados de la mano caminaron detrás de los otros hombres.
Luego de pensarlo y ver los pro y contras, los hermanos habían decidido que primero, antes de firmar los papeles querían vivir con ellos, con una parte de la familia que los salvo. En sus propias palabras "sentir si era correcto firmar esos papeles" cosa que a Kinn y a Porche los puso feliz y aceptaron la idea de ser una familia sin aver firmado aún los papeles.
Los días pasaron, para los dos era algo extraño levantarse de la cama, cama que compartían pues Porche había quedado con algunos traumas de que el cualquier momento entraría ese hombre que se decía ser su padre y abusar de él.
Era extraño levantarse y oler los aromas mezclados de Porche, Kinn y Prepai creando un aroma muy familia, aroma que de vez en cuando estaba mezclado con el de Sky.
Porche había adquirido un apodo muy rápido, Po paso a ser su apodo pues para todo en la casa fue chistoso pues al alfa Porche le decían Che.
—¿se sienten mejor?— pregunto Kinn luego de que todos se subieron al auto.
— mejor— respondieron los dos hermanos a la vez. Los dos hombres mayores sonrieron sintiendo el dulce aroma que los dos hermanos dejaban al olfato.
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Mucho antes del funeral de su ex padre, Porche se encargó de hacer los papeleos para que Prom siguiera estudiando. Por lo que ahora, el alfa soltaba fermonas nerviosas por todo el auto mientras comía desesperadamente palomitas de maíz de la ansiedad. Kinn y los dos Porches iban algo incómodos por el aroma algo ácido de Prom quien veía por la ventana la universidad, pues hace 3 minutos el auto de Kinn estaba estacionado en la puertas de la universidad.
—¿estás seguro que puedo llegar y entrar a la clase?— prom tomó de su botella un poco de agua para pasar las palomitas.