Capítulo 1: Nuevo Hogar

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Estaba hecho. Hasta ese momento no era consciente del peso que iba a cargar con mis acciones, ni el riesgo que había asumido. Pero aquella mañana supe que ya no había vuelta atrás.

Me temblaban las manos, mientras me aferraba con fuerza a mi abrigo.

No tienes que tener ningún tipo de miedo. Esto será un secreto confidencial. Nadie sabrá que estás aquí. Estás segura, puedes explotar tu potencial.

Aquellas palabras se repetían en mi cabeza mientras sentía el peso sobre mis piernas del portafolio lleno de papeles que definían mi futuro.

El cielo estaba completamente gris y el sonido de la lluvia golpeando contra los cristales del vehículo lograban relajarme, solo un poco. Me deslicé en el asiento trasero del vehículo deseando fundir mi cuerpo en él para desaparecer, aunque sea solo por un momento.

Respiré profundo mientras cerraba los ojos, tratando de mantener mi compostura y no quebrarme nuevamente. Sabía que estaba huyendo, era una cobarde, pero ya no soportaba la soledad de las paredes de aquél departamento. No después de que él se haya marchado.

Había quedado completamente sola. Lo había convertido en mi mundo entero. Siempre pensé que la decisión de irnos a vivir juntos nos iba a unir más que nunca. Pero no fue así.

Mi alma se partió en pedazos cuando Matt se marchó un sábado por la noche. Aquella fue la última vez que hablamos.

Lo recuerdo todo perfectamente, cada detalle. Cómo se sentía la calidez de nuestros cuerpos acurrucados en el sofá mientras veíamos una película.

Su mano agarraba la mía con firmeza, pero sabía que sus pensamientos estaban inmersos en algún otro lado. Varias veces al día le pregunté si pasaba algo, pero él simplemente lo negaba, acto seguido besaba mi frente para tranquilizarme.

Hasta que sus dedos decidieron pausar la película.

— Ya no puedo hacer esto Emily — soltó suavemente, con un dejo de voz. Parecía a penas un susurro pero lo escuché claramente. — Esto no tiene que ver contigo, eres muy especial. Solo que eres diferente a mí.

Sentí como mi pecho se comprimía mientras lo miraba confundida.

Matt, ¿Qué sucede? ¿Diferente? No lo entiendo — dije desesperada.

Sus ojos estaban entristecidos, me miró a penas unos segundos. Parecía que iba a explicarse, pero luego desvió la mirada sin ni siquiera poder mirarme a la cara. Se quedó en silencio, con la cabeza gacha, sus codos reposaban sobre sus piernas, mientras sus manos tiraban fuertemente de su pelo.

Me levanté del sillón y me puse de rodillas frente a él.

Habla cariñodije con un nudo en la garganta. Mientras le agarraba el rostro. Sentía que mi garganta ardía mientras mis ojos se empañaban. por favor, dime que está pasando.

El levantó su mirada, pero ni en mis peores pesadillas imaginé lo que iba a decir.

La verdad que siento, desde hace mucho tiempo, que cada vez que te digo te amo, estoy mintiendo. Te miento a ti, y sobre todo me miento a mi. Porque no lo hago. No te amo.

Me quedé sin palabras. Completamente desencajada.

¿Dónde quedaron todas aquellas cosas que hice para qué el este junto a mi? Juró que me esforcé siempre por el.

Es por eso que no entendía. Es por eso que no pude decirle nada. Hubiera querido decirle tantas cosas, preguntarle el por qué, cuando había ocurrido, o reclamarle el por qué había llevado tanto tiempo fingiendo. Quería incluso insultarlo. Pero las palabras se quedaron estancadas en mi boca.

SANGRE PROHIBIDA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora