Mis ojos se encontraron con los de Damiano mientras me aseguré de devolverle una mirada de desprecio.
Eso solo lo hizo sonreír aún más.
Me aparté cuando sentí las lagrimas deslizarse sobre mis mejillas. Me levanté de prisa, sin mirar atrás, para asegurarme de que no le daría el gusto de verme llorar. Necesitaba salir de allí.
Había cruzado un límite. Y yo ya no aguantaba ni un minuto más en aquél lugar.
Me sentía completamente humillada, jamás debí confiar en él. Mucho menos contarle mis cosas, era una tonta.
Me dirigí a la oficina del Doctor Frieldman.
Una vez que encontré la puerta, me sequé las lágrimas de mi rostro con el dorso de la manga, mientras abría de golpe.
— ¡Profesor! — expresé agitada mientras sorbía por la nariz.
Me arrepentí al segundo por haber entrado así, cuando vi que se encontraba hablando con otras dos persona. Los tres me miraron confundidos. Uno de los señores que se encontraba con él me miró despectivamente —. Discúlpeme, no sabía que estaba ocupado — mis labios temblaron y tartamudeé.
Cerré la puerta con fuerza. Está emitió un gran estruendo lo qué provocó más miradas curiosas sobre mi. Era una estúpida.
Me deslicé sobre la pared hasta quedar hecha un ovillo y evitar mirar a alguien. Puse la cabeza entre mis piernas queriendo desaparecer.
Mi pecho se agitaba furiosamente, me llevé una mano temblorosa a mi boca para taparla y no hacer mucho ruido. No dejaba de hacer las cosas mal y todos en este lugar parecían odiarme. No lo soportaba más.
Las ganas de llorar me invadieron, pero intenté controlarme mientras mi cuerpo reposaba contra la fría pared.
Luego de unos minutos salió el señor, al pasar me rebajo de pies a cabeza con un gesto descortés. Suspiré cuando escuché cómo el Doctor Frieldman me llamaba desde dentro.
— Ahora si puede pasar señorita Plagiaretti —llamó el Doctor desde dentro, largué un largo suspiro mientras juntaba las fuerzas necesarias.
Ingresé a la habitación con la cabeza gacha.
— ¿Qué sucedió? ¿Por qué está llorando? —preguntó preocupado.
— Lamento haber interrumpido así doctor, pero quería hablar con usted de manera urgente.
Su rostro mostró confusión pero hizo un movimiento con la cabeza alentándome para que continuara.
— Quiero disculparme pero me he dado cuenta que no soy capaz de realizar este trabajo. No he alcanzado ningún tipo de avance. El paciente parece odiarme, y yo comienzo a detestarlo también. No colabora conmigo, hoy mismo me recalcó él mismo que no servía para el puesto, es más, me dijo que era patética.
La cara del doctor se transformó en sorpresa, alzó las cejas y luego se echó a reír. Genial, otra persona más en el día que se ría en mi cara.
—Bueno señorita, quiero decirle que eso que acaba de decirme es un gran avance.
Fruncí el ceño ¿Me había escuchado bien?
—Crea o no, que Damiano haya logrado hablarte, por más que te haya dicho patética, es uno de los más grandes avances de comunicación que ha tenido. Ya unas tres personas distintas han tenido trato con él, y en algunos casos él no ha emitido palabra alguna. Nunca. Al principio incluso pensábamos que había algo mal en sus cuerdas vocales, pero después de largos chequeos la hipótesis quedó descartada. El habla, pero es muy selectivo. Lo que acaba de suceder es una gran muestra de que usted puede lograr un cambio efectivo.
Debe ser una broma.
— Creo que usted no entiende, realmente no creo que logre nada. Estoy exhausta, no me veo a la altura del cargo.
—Mire sinceramente seré sincero con usted —dijo con voz seria el profesor. —Sé que usted no está tan preparada ni estudiada cómo otros que tienen mayor experiencia en este lugar. Pero usted es inteligente, y es precisamente por su falta de experiencia que la he elegido. Creí que uno de los problemas para socializar de Damiano era que siempre estaba rodeado de personas adultas. Necesitábamos una persona más joven y acorde a su edad para ver si podía empatizar y generar un vínculo amistoso. Tenga paciencia señorita.
Bufé, estaba a punto de negarme, rogarle para salir de aquí. No lo soportaba más, estaba exhausta. Pero antes de que pudiera hablar me cortó.
— Pero bueno, de todas maneras le tengo que recordar que usted tiene firmado un contrato. No puedes irte de aquí hasta que yo de la orden oficial a dirección de que usted no me sirve para el trabajo. Cosa que, todavía no he llegado a pensar.
—¡Pero Doctor! —me quejé.
—Debes tener paciencia y confiar más en ti. Aguanta un poco más querida, usted y yo sabemos que no ha demostrado todo su potencial. No ha puesto todo de usted. Por un motivo te he elegido, necesito que te esfuerces realmente y que des lo mejor de ti. Si veo que lo intentas y no funciona, te daré el permiso de marcharte. En este momento te ves agotada, algo malo pasa contigo, no quiero entrometerme pero debes dejar de lado tus problemas para poder trabajar. Tomate todo el día de hoy cómo descanso, llamaré a la doctora Wilson para que se encargue por hoy. Tienes tiempo de ordenar tus pensamientos.
Suspiré. Quizá tenía razón y solo debía descansar por hoy, mañana será un nuevo día.
—Emily, debes creer realmente que estamos ante algo importante —me llamó, lo miré confundida. —Estamos ante un milagro, hemos descubierto cosas que antes eran impensables. Se que te sientes culpable, y estás cargada de una moralidad juzgadora. Pero quizá de esta manera logremos avances increíbles en la humanidad, incluso algún día podríamos prevenir la extinción de la raza humana. Curar enfermedades inimaginables. Recuerda por ejemplo la historia del Médico que descubrió cómo sacar el apéndice. Fue juzgado duramente, y casi condenado a muerte, ya que para lograr todo lo que logró lo descubrió abriendo cuerpos humanos ya fallecidos. En aquél tiempo era extremadamente aberrante y prohibido, pero gracias a que venció sus miedos salvó millones de vidas.
Lo miré fijamente sorprendida.
— Un día querida, si vences tus miedos, lograrás salvar vidas.
⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇ ⋇⊶⊰❣⊱⊷⋇
Al final en vez de un capítulo esta noche fueron dos, espero que lo disfruten.
No se olviden que estoy activa en redes para que sepan sobre novedades o que puedan comunicarse conmigo, acepto cualquier cosa que quieran preguntarme o aconsejarme.
Instagram: @jazmind.wolff
Los quiero, nos vemos en otro capítulo.
🧬🩵
ESTÁS LEYENDO
SANGRE PROHIBIDA ©
RomanceEmily nunca esperó que su vida tomara un giro tan salvaje, luego de que su novio le terminara sin motivo alguno, en el sofá de su sala. Con el corazón roto y decidida a encontrar un nuevo comienzo, decide aceptar una oferta de trabajo en el misterio...