Febrero

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Febrero con olor a recuerdos

En aquella iglesia nos vi, dos amantes agarrados de la mano,

uno muerto de miedo por la altura de la cúpula y el otro calmándolo a besos.

En aquel plato de fideos vi nuestro reflejo,

corriendo sonrientes bajo la lluvia luego de tomar aquel ramen hambrientos.

En ese museo de arte vi nuestras sombras reflejadas mientras nos comíamos a besos,

y las imágenes de Van Gogh pasaban cual si fuera una película con versos.

En mi dormitorio nos vi, el piso lleno de pétalos de rosas y una cena romántica iluminada por velas rojas.

Te vi en cada lugar que vivimos juntos, sentí tu mano junto a la mía.

Sentí el flechazo que me dio aquel ángel traicionero.

Sentí todo, y esperé todo.

Desde las cero horas hasta las once y cincuenta y nueve.

Como siempre... espere.

Pero nunca llegaste, como siempre.

Maldito ángel que me convirtió en un alma en pena de un amor de película,

jodido ángel que me hizo quitar la vista de las parejas enamoradas,

mendigo ángel que me hizo escapar del catorce de febrero.


¿Ganadora o perdedora?

Hay días grises en los que odio ser la única que siente esto,

la única que extraña tanto tus besos,

la única que llora recordando esos momentos,

siento un vacío en el pecho,

no me deja por más que lo intento.

¿Recuerdas las peleas absurdas de quien ama más a quién?

Pues bien, yo gané... 

Fuiste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora