Parte 10

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4/11/22

—¡Dale, boludo! Ponete el Off, te van a comer los mosquitos.
—Ya voy che, los casi treinta te están pegando ya—la morocha hizo puchero y el rió—. Mentira, mi amor.
—Estás buscándome, Scaloni. No te lo voy a permitir—decía la mujer mientras guardaba en la heladera todas las provisiones que habían traído para los próximos días—.

Habían llegado hace unos minutos a una cabaña que pertenecía a la familia de la morocha a unos kilómetros de Capilla del monte. Era sencilla, pero tenía todo lo que necesitaban, no solo de que estaba rodeada de naturaleza y a pocos metros del río que pasa por allí y hacía una especie de playita privada solo para ellos dos, sino que también tenían un par de animales que hacía la experiencia un poco más campestre e interesante.

Un espectáculo para el mayor, sin mencionar que no había ni una persona que pueda acercarse a incomodar.

—Esto es increíble, me traslada un montón a Pujato. Tuve una infancia tan feliz, aunque yo era un hijo de puta—rieron ambos—.
—Es fantástico, también me crié acá. Si bien nací en Córdoba ciudad, todos mis fines de semana y mis veranos completos eran acá. Entre caballos, sierras y un poco de naturaleza—el moreno la abrazó por la espalda mientras ambos miraban el atardecer—.

Después de unos minutos de silencio y unos cuantos mimos por parte del moreno, rompió el silencio.

—¿Que te pinta comer? Vos sos la consentida después de todo.
—Yo estoy para que hagamos una fogata y comamos unos fideos con manteca, ¿que opinas vos?—sonrió Lucía mientras los últimos rayos de sol le daban en su rostro angelical—.
—Realmente vos no podés ser más increíble porque no te da el tiempo.

Sonrió dulcemente y embelesado, la besó profundamente, terminando con un corto beso en el cuello que provocó a la joven que toda su piel se erizara.

—Andá a bañarte que yo me hago cargo de todo—Lionel le guiñó un ojo y ella lanzó una sonrisa boba—.

...

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...

—Literalmente te pasaste, Lionel Sebastián. Creo que son los mejores fideos que comí en mucho tiempo.
—Mis dotes culinarios no van más allá de unos fideos con manteca, pero te juro que los hago bien—reían tontamente mientras comían y tomaban unas copas de vino, en realidad vasos, no había copas ahí—.
—Creo que este vino me empieza a pegar, ¡y eso que recién voy por el tercer vaso!—rió graciosamente la morena—.
—Y eso es porque es malbec, tiene mayor concentración de alcohol. Ni hablar de que nos vamos a poner en pedo en dos minutos porque estamos muertos de sueño también y no son ni las doce de la noche.
—Me gusta estar así con vos—sonrió ella y apoyó sus piernas en las del moreno mientras el los tapaba con una manta—no pensé que llegaríamos tan lejos.
—Yo dije que me gustaste desde un primer momento y me comprometí con la causa, no iba a irme de ese pub sin intentar—sonrió él mientras se acercaba y le daba un beso a la morocha, que ya tenía sus labios totalmente morados por el vino—.

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⏰ Última actualización: Apr 03 ⏰

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Traductorª || Lionel ScaloniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora