Parte 7

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—No quiero que esto termine— exclamó Lucía mientras descansaba en el pecho del moreno y el acariciaba su cintura desnuda—.
—Entonces que no lo haga—sonrió el moreno y ella levantó su vista hacia él suspirando—. Te propongo algo, pero no te espantes.
—Soy toda oídos.
—Me gustas, me gustas mucho —suspiró Lionel— y no quiero que llegue el día de mañana, y esté a punto de subir al avión con dirección a Mallorca, sin tener alguna certeza de que te vaya a ver otra vez. Te lo juro, sé que sos joven y probablemente quieras vivir muchas cosas aún..
—Lionel—lo interrumpió poniendo su dedo índice en la boca— voy a cumplir treinta en aproximadamente un mes y tengo una vida hecha. Soy una adulta.
—Eso lo sé perfectamente—tomó su dedo y lo quitó, luego le dio un corto beso— pero eso no quita el hecho de que yo estoy un par de pasos más adelante. Soy padre de dos nenes y también estoy divorciado, no pensaba que alguien me podría hacer sentir tanta felicidad nuevamente. Tu autonomía, tu sentido del humor, tus ganas de progresar y podría seguir—ella suspiró y tomó su mano, acariciando el dorso de la misma— Ni la Scaloneta eh —rieron ambos—Esto es lo que soy y lo que tengo para ofrecerte es eso mismo, lo que soy y viste estos últimos diez días juntos. Ahora, mi pregunta es..
—Paráaaa—dijo e hizo notar su acento cordobés, el rió y ella sentó a su lado, cubriendo su pecho con las sábanas— yo también quiero expresarme, Lionel Scaloni.
—Soy todo oídos.—la imitó y ella arrugó su nariz mientras le sacaba la lengua—.
—Me siento igual, Lio. Nunca me había enganchado con tal intensidad, tan rápido y de una persona así. Tan íntegra, pasional con su trabajo y que por sobre todas las cosas un excelente ser humano, que saca la mejor de mí.—Lionel la miraba fijamente mientras hacía un puchero, la besó y abrazó con todas sus fuerzas—.
—No sé que voy a hacer con vos, Lucía.
—Yo sé que sos padre y a pesar de la distancia veo cuán involucrado estás en la crianza de tus hijos, el amor que irradias cuando me hablas de ellos y me encanta.—suspiró—. No quiero interferir en eso. Sé que soy un poco más "joven", pero no por eso no podría entender.—lo miró mientras se acostaba a su lado mirándolo fijamente apoyada en su brazo derecho—.
—Honestamente yo no quiero que llegue la hora de mi vuelo a las cinco de la tarde mañana y tenga que irme a Mallorca, sin saber que va a ser de vos y de mí, de nosotros,¿no crees que vale el intento?
—Me gustas mucho, pero eso no quita que tenga un poquito de miedo.—suspiró—. Me inquieta el hecho de que vivamos en dos continentes distintos y el nivel de exposición.
—Lo vamos a hacer funcionar, te lo prometo. La distancia no va a ser un impedimento... y en cuanto a lo otro, aunque ya soy una persona bastante reservada, vamos a ser discretos y a manejarlo como vos quieras. Vos mandas.—él guiñó un ojo y ella sonrió contenta—. Que dices... ¿saltamos juntos?
—Saltamos juntos y estamos juntos.

Ambos sonrieron y se besaron, no podían creer todo lo que una noche random en un pub en Miami había desencadenado entre los dos argentinos que nada tenían que ver el uno con el otro hasta esa noche que hizo que sus destinos se crucen.

Después de esas fuertes declaraciones se dedicaron a demostrarse cuánto se necesitaban, cuánto ansiaron encontrarse, a pesar de que no se habían buscado.

...

La mañana siguiente empezó temprano para el mayor, que se dedicó a armar su valija y a dejar todo listo para su vuelo de esa tarde, no tenía que olvidarse de nada y menos de todos los encargos que sus hijos le habían hecho.

—¿En serio quieres acompañarme?.—sonrió—.
—Obvio, si vos quieres.
—Eso ni se pregunta, me encantaría que vayas conmigo. Después te invito el almuerzo.

Luego de que la morena se pusiera ropa cómoda, se dirigieron caminando hacia la tienda de Lego más grande en busca de los regalos para Ian y Noah.

—Aman el fútbol pero también tienen debilidad por todo lo que esté relacionado con Marvel, así que planeo llevarles una juego de legos a cada uno.—dijo mientras tomaba dos cajas medianas, una con una figura de Spiderman y otra con el Capitan América—.
—Me parece genial, seguro les va a encantar.—sonrió enternecida—.
—Seguro que si, pero que no pidan nada más hasta navidad.—resopló derrotado—. Estas mierdas son re caras y mis hijos probablemente terminen yendo a un mundial en Qatar. Me estoy excediendo, quiero mantenerlos simples y humildes.
—Calma, haces lo mejor que puedes. Ambos. Todo va a estar bien, tienen un padre increíble y van a crecer a imagen y semejanza tuya.
—Sos increíble Lu, te quiero.—dijo el mientras la rodeaba con sus brazos—.
—Yo también.

Traductorª || Lionel ScaloniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora