Capítulo 11 | 𝗡𝘂𝗲𝘃𝗮 𝗩𝗲𝗿𝘀𝗶𝗼́𝗻

253 30 79
                                    

Capítulo 11

Los días después del beso habían sido extraños. Me dolía y lo que hablé con Karen, esa valentía de aquel momento se borró por completo.

Karel y yo llevamos una confusión que ambos parecíamos estar evitando. Apenas conversábamos o visitábamos el uno al otro. Íbamos y regresábamos juntos del colegio porque era costumbre pero nada se sentía como antes. Nos saludamos con una sonrisa, pero la tensión entre nosotros no se podía ignorar.

Por la tarde luego del colegio, en la cafetería aún con el proyecto en manos. Opté por sentarme en una esquina junto a Henry, lo más lejos posible de Karel. A pesar de que el resto del grupo reía y disfrutaba, la incomodidad me envolvía.

—¡Naomi! —gritó Laila, quien estaba al lado de Karel —. ¿Por qué no te sientas aquí?

—Estoy bien acá, gracias —respondí, evitando mirar a Karel.

Él me lanzó una mirada curiosa, y otra vez mi corazón se aceleraba. Ambos estábamos tratando de procesar lo que había sucedido, pero en lugar de hablarlo, elegimos el silencio.

Durante el proyecto, Karel intentó involucrarme en la conversación, pero yo me mantuve distante. Cada vez que me dirigía a él, sentía que el aire entre nosotros se volvía más espeso.

Al día siguiente, después de las clases, decidí que la mejor opción era ir a la biblioteca. Allí, podría sumergirme en los libros y alejarme de la realidad por un tiempo. Sin embargo, al llegar, me encontré con Karel, que también había tenido la misma idea.

—Oh, no te vi.

—Lo siento —respondió, evitando mi mirada.

Ambos nos sentamos en mesas separadas, pero la tensión aún seguía presente. Intenté concentrarme en las letras, pero mi mente estaba llena de pensamientos sobre el beso.

¿Por qué no podíamos simplemente hablar sobre ello?

No pude soportarlo más. Me levanté y salí de allí, buscando un momento para respirar. Quería aclarar las cosas, pero el miedo a arruinar nuestra amistad me paralizaba.

¿Y sí no sentía lo mismo? Me había besado, sí. Pero no sabía que pensar sobre ello.

Al regresar para buscar mi mochila, Karel estaba en donde antes me había sentado, como si estuviera esperando hablar conmigo. Mi corazón se aceleró al verlo, pero decidí que lo mejor era actuar con normalidad.

—¿Terminaste ya? —preguntó cruzandose de brazos.

—Sí, solo necesitaba un momento —respondí, evitando su mirada.

—¿Quieres que vayamos a dar una vuelta?

—No, gracias. Tengo que estudiar —contesté rápidamente, sintiendo que estaba huyendo, otra vez.

Karel asintió, su expresión mostraba desánimo.

—Está bien. Solo cuídate, ¿de acuerdo? —dijo, levantándose de la silla.

Cuando nos despedimos, la sensación de vacío se apoderó de mí. Los dos sabíamos que había algo no resuelto entre nosotros, pero el miedo y la confusión nos mantenían a distancia.

Los días pasaron, y cada vez que nos cruzábamos en los pasillos, evitábamos el contacto visual. Era como si un muro invisible se hubiera levantado entre nosotros. Y aunque el deseo de hablar y aclarar las cosas crecía, ambos nos aferrábamos a la idea de que era más fácil ignorarlo.

Una tarde, mientras caminaba sola hacia casa, Karel apareció a mi lado.

—Naomi —dijo, rompiendo el silencio—. ¿Podemos hablar?

Mi corazón se detuvo por un momento.

—¿De qué?

—De lo que pasó... —comenzó, pero no pude evitar interrumpirlo.

—No, Karel, no creo que debamos hablar de eso.

—¿Por qué no? —preguntó tan confundido como yo lo estaba.

—Porque... no sé cómo manejarlo. No quiero que las cosas cambien entre nosotros.

—Yo tampoco quiero que las cosas cambien, pero no podemos seguir así.

Sabía que tenía razón, pero enfrentar la realidad era aterrador. Tampoco buscaba que las cosas cambiaran, pero si seguía siendo su amiga no lo soportaría, no cuando estaba enamorada de él.

—Tal vez deberíamos darnos un tiempo —sugerí, sintiéndome egoísta.

—Está bien, si eso es lo que necesitas. —Karel asintió lentamente y su mirada se tornó triste.

Una parte de mí se quebraba. La distancia era dolorosa, pero parecía ser la única forma de lidiar con la complejidad de lo que había surgido entre nosotros.

Amor entre letras | 𝗡𝘂𝗲𝘃𝗮 𝗩𝗲𝗿𝘀𝗶𝗼́𝗻 | 𝗖𝗢𝗠𝗣𝗟𝗘𝗧𝗔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora