2. Recibimiento clandestino.

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Desde que los asistentes ingresan al gran salón, son deslumbrados por la exuberancia de las lámparas colgantes sobre sus cabezas. De hecho, su gran tamaño no logra opacar la amplitud del salón gracias a los ventanales al otro extremo, que no solo abren el panorama, si no que brinda a los invitados una vista espectacular a los jardines traseros.

En tanto aguardan ansiosos la aparición de sus honorables anfitriones, pequeños grupos intercambian opiniones acerca de lo sofisticado en los acabados de los muros y techos.

Xiao Zhan se encuentra en el corredor, oyendo con satisfacción la melodiosa pieza con la que ambienta la orquesta, pasando a segundo plano los barullos y risas amortiguadas de sus invitados detrás de la puerta que los separa.

No es la primera vez que lidia con la presión, ocurre con frecuencia antes de cualquier evento que deba encabezar; tal carga se agrava cada vez que siente que está fallando a toda su progenie.

La familia real es un valioso régimen, un símbolo de brío no solo para su país, sino para el mundo en el que quedan pocas monarquías. Su padre, Xiao Kyungil ha sido el primero en una línea de reyes, en transmitir la imagen de un soberano más compasivo y cálido durante su reinado. Pasos que su primogénito ha seguido, ganándose la estima y la beneficiosa opinión del público opositor.

Por mucho que Xiao Zhan este emparentado con su oficio, no es inmune a la ansiedad.

A menudo trabaja con su obstáculo para no defraudar a su pueblo, evitando que la prensa y el parlamento lo considere un mediocre a causa de sus emociones. Por esta ocasión, Zhan se siente incapaz de controlarse al recordar que el propósito en la fiesta ya no es meramente una "celebración social"

Su condición se intensifica tanto que, imagina que el cuello de su camisa le rodea el cuello con fuerza hasta asfixiarle.

En base al concepto de mantener su representación ante sus súbditos, el loable secretario ha sabido interpretar el lenguaje corporal del heredero, de tal forma que no tarda en darse cuenta del drástico cambio de actitud en el omega, y en instancias como esta, Haoxuan no interfiere porque no tiene permitido formar lazos más allá de sus funciones.

En tales circunstancias, Haoxuan se permite romper tan preciada regla, colocando su mano sobre el hombro de Zhan, a fin de apaciguar la agitación de sus pensamientos. Al no esperarlo, el príncipe se atemoriza y lo mira de modo que se siente indefenso.

—Será tu gran noche —le murmura.

Haoxuan golpetea su hombro con suavidad, otorgándole el impulso que su espíritu necesita. Desafortunadamente, sus palabras no cambian nada como le gustaría, sin embargo, agradece mentalmente por el intento.

—Es hora —le dice después, apartando los ojos de su reloj.

Zhan toma un par de bocanadas de aire, reemplazando su semblante apagado por uno más complaciente y servicial.

El guardia real que ha esperado la señal del secretario, se mueve. Los sirvientes abren las puertas para que el hombre pueda pasar, y tomando su lugar en la entrada, golpetea el suelo atrayendo la atención de cada persona cercana, asimismo la música disminuye para que el anuncio no sea opacado.

—Anunciando la presencia de su alteza real, heredero al trono de Nylinia. El príncipe Xiao Zhan.

La voz del guardia real resuena en cada rincón, alertando a todo aquel que no estuviera atento. Todos los asistentes ofrecen sus respetos al príncipe en cuanto lo ven, incluyendo a los nuevos invitados —que son los más perdidos en la presentación—, de entre ellos hay unos cuantos que no reverencian correctamente.

LUNA EN ATARDECER || YIZHANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora