Capituló 30

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Callie

Llegaba a la cárcel de mujeres, siempre miraba este lugar con algo de tristeza, no importaba las veces que entrara, mi cuerpo se entristecía, sabía las historias de la mayoría de las mujeres aquí, los maltratos y malos momentos, también sabía lo difícil que era luchar contra la injusticia de la leí si llegabas a pisar la cárcel

al entrar a una sala con poca luz, una mesa de madera muy larga y unas sillas de metal incómodas, me senté acomodando mi maletín y algunos papeles mientras esperaba a mi cliente, clara una mujer de 40 años que había asesinado a su marido y luego se había entregado, llevaba  meses encerrada esperando su audiencia, me había pedido un favor inminente, al principio no quise aceptar pero luego de pensar por días afirme mi posición y por eso estaba aquí.

Abrieron la puerta entrando a mi cliente esposada, su semblante era pálido y sus ojos grande llenos de ojeras, húmedos como si antes estuviera llorando, se sentó frente a mí, su mirada  perdida en la nada, notaba como sus huesos sobresalen como si no comiera en años

— este es el papel de adopción, cuando gustes puedes firmar — le pase el papel y una pluma, no dijo nada, lo firmó , después de unos minutos, me miró intentó formular alguna palabra pero guardó silencio unos minutos más

— gracias, por favor cuídala mucho, apenas es una adolescente y está aprendiendo a entender el mundo y se que no debí pedirte quedarte con ella, pero no confío en nadie y tú me tendiste la mano y no, no debo aprovecharme de tu buena bondad y corazón— formulaba las palabras muy rápido, tome sus manos y rápidamente la oficial me corrijo diciendo que no podíamos tocarnos

— no debes agradecer, yo tomé la decisión de quedarme con ella, comprendo que para ti sea difícil tomar una decisión así, pero ya casi se acerca tu audiencia, yo creo que tenemos la oportunidad de conseguir una condena más baja — me interrumpió antes de terminar

— no, no espero una condena baja ni alta eso no me importa, solo quiero que mi hija esté segura y que nada malo le pasé, yo estoy aquí enfrentado esto por ella y sería capaz de hacerlo otra vez, las veces que sean — mencionó tan seria, que sentí un escalofrío extraño

— está bien, comprendo, yo cuidaré de ella, tienes mi palabra — el tiempo acabó, tome mis cosas y salí de ahí con las emociones a flor de piel

Había hablado con mi esposo, al principio no le pareció, como a mi, pero luego afirmamos la decisión de ayudar y quedarnos con La Niña, al final ella no tenía la culpa más bien era la víctima de toda una tragedia desenfrenada.

Miraba desde mi oficina cómo cómo Arizona recogía sus cosas y se iba, me senté leyendo una y otra vez la confesión de clara, en unas horas debía estar en el tribunal, hoy era el día de su audiencia, sabía que defender ese caso no me da una probabilidad de ganar pero no aceptaría una derrota tan fácil.

Caminaba de un lado al otro sintiendo impotencia y terror, tome mis papeles, saliendo de la oficina con prisa, me topé con April mi empleada, que preguntaba si podíamos hablar acerca de Arizona, la ignore y salí, subí a mi auto y conduje con rapidez hacia el tribunal

Estuve unos minutos saludando algunos conocidos pero siempre concentrada en lo que venía, me senté en el estrado y pocos minutos trajeron a mi clienta

El juicio empezó, la contraparte atacaba de manera constante, hacían pasar a algunos testigos los cuales acusaba a mi clienta, estaba perdida, y aunque no me rendía, seguía luchando contra mi contraparte, era mi turno exponía algunos abusos y que solo se defendía, argumentaba pero no había pruebas de nada y eso complicaba el juicio.

Perdía la cabeza, trataba de ayudar, ayudaba pero eso parecía complicar las cosas, algunas cosas parecían muy fuera de lo normal, como si yo no hubiera estudiado una carrera, como si yo no defendí a muchas personas, suspiré y me puse nerviosa.  El juez había pautado un receso

Salí directamente al baño, suspiré lento y constante, repetía constantemente que podía hacerlo, lo repetía pero no lo creía, algunas lágrimas salían, tomé el teléfono y quería llamar a Arizona para pedir  una opinión, no lo hice.

Volví al estrado, era la hora de interrogar a mi cliente, mi contraparte empezó con acusaciones fuertes, luego yo, intentando apaciguar las cosas, después de eso, otro receso, volví al baño, lave mi cara y volvimos al estrado.

El juez empezó hablar de cargos y mi cliente asentía, a la hora de escuchar la sentencia, tome su mano
...

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⏰ Última actualización: Apr 02, 2024 ⏰

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