Cap.1.

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Narra Sonia:

Marta y yo acabábamos de hacer el desfile para Victoria Secret en París. Marta estaba emocionadísima dando saltitos por aquel desfile mientras yo tan solo me lo tomaba con seriedad (a ver, ni que fuera mi primer desfile).
Lo de Marta era algo más especial.
Especial hasta tal punto de nuestros 20 años de edad, y ella sigue sin madurar, y a veces me saca de quicio. Pero a pesar de aquella diferencia entre nosotras, también teníamos nuestras cosas en común; por ejemplo, amamos el dulce de leche, odiamos las palomitas de colores, y siempre salimos bien en las fotos.
Recibo una llamada mientras le digo a Marta de calmarse, la de mi amadísimo novio Jack Gilinsky😻. Y a Marta le llamaban nuestros primos los gemelos (Jack y Finn Harries). Típico, terminar un desfile y que de la nada te llame todo el mundo.
~Conversación telefónica~
Gilinsky: Hola princesa.
Sonia: Hola princeso.
Gilinsky: Todo bien?
Sonia: Mejor que nunca 😍
Gilinsky: Me alegra tanto oír eso... Estoy deseando verte cariño.
Sonia: Y yo mi amorr, aunque tampoco tendrás que esperar mucho.
*siempre que oigo su voz es inevitable sonreír como una boba, a eso se le llama amor?💘*
Gilinsky: Y eso?
Sonia: Mi vuelo es esta misma tarde.
Gilinsky: SIIIIIIIIIII
Sonia: Bueno te tengo que dejar vale?
Gilinsky: No me estarás engañando con otro, no?
Sonia: Bobo, tengo que preparar las cosas para esta tarde.
Gilinsky: Ah vale. Sayonara.
Sonia: Hasta la vista, baby.
~Fin llamada telefónica~

-Sonyyyyyy balas noticiaaas- decía Marta con voz de bebé.
*balas : buenas o malas, depende de como lo veas*
-Se ha adelantado el vuelo.- dijo seguido de una risita tonta- a dentro de 3 horas.
Este es uno de aquellos momentos que me habría gustado que alguien le hubiera hecho una foto a mi cara, para que cada vez que estuviera triste, ver esa foto y reírme durante quince años. Mi cara era épica, y era normal que Marta estuviera a punto de estallar de la risa.
-A... Qué... Estamos... Esperando
-No......lo.....se- a Marta le encanta imitarme, cosa que también me puede llegar a sacar de quicio.
-NO HAY TIEMPO HACEMOS LAS MALETAS A LA VELOCIDAD DE LA PUTA LUZ Y NOS VAMOS- dije gritándole, nunca se toma nada enserio.
-YUPIIIII- dijo, y acto seguido me cogió del brazo y empezamos a correr hacia el coche.
Llegamos a casa, después de haber pasado por una invasión de paparazzis.
Pudimos hacerlo todo a tiempo. Y ya nos encontrábamos en el aeropuerto, pasando por el control de maletas. Yo ya había pasado mis maletas, pero digamos que Marta tenía unos "pequeños" fallos técnicos.

Narra Marta:

-Tiene que pagar 60€ para pasar sus maletas señorita-
Menos mal que no habían paparazzis, porque ni me imagino el caos mundial que habría si alguien le hubiera hecho una foto a mi cara en este momento, se habrían roto todas las pantallas del mundo, desgraciadamente.
-¿Co-Cómo?
-Su maleta pesa demasiado.
-Joderrr noo que no llevo 60€ encima.
-Que pena, tendrá que irse.
-No no no tiene que haber otra manera de poder pasar.- dije yo poniéndome las manos sobre la cabeza. Esto no podía estar pasando.
-Señorita hay gente esperando.- dijo el agente con un tono de seriedad que me ponía de los nervios.
-Señor agente no me toque los...
-Aquí tiene el dinero- dijo una voz ronca desconocida desde detrás mío. Giré mi vista, sorprendida, para encontrarme a un chico de mirada seria, pelo negro, ojos marrones claros. Sin olvidarnos de los diversos lunares que pasaban por su cara ni de sus hoyuelitos, ese chico era perfecto😍
-Gr-gra-cias...- no me podía creer que un desconocido tan mono me hubiera dejado su dinero.
-Bien señorita, ya puede pasar- dijo el agente malhumorado empujándome hacia la salida con mis maletas. No podía apartar mi vista de aquel chico. (El guapo, no el agente).
-Te-Te debo unaa!!- dije esbozándole una cuqui sonrisa al chico, a lo que él respondió girando su vista hacia sus maletas.
Me metí en el avión y me senté al lado de Sony, quién estaba entretenida con el móvil.
-Eh- dijo Sonia llamando mi atención- ¿qué ha pasado?
Solté una risita tímida y le empecé a contar todo.
-Digamos que tuve unos problemillas con el tema de las maletas y un apuesto maromo me ayudó prestándome su dinero para que pudiera pasar- hice una pausa y pude fijarme en qué Sonia me estaba poniendo cejitas- Boba. No pasó nada más, pero era tan guapo, tan sensual, tan...
Sonia se empezó a partir de la risa.
-SENSUAL?! MARTA CORALIE DICIENDO SENSUAL?!- dijo Sonia riéndose como psicópata.
La verdad era gracioso; no solía decir esa clase de palabras. En fin, que las dos acabamos riéndonos como focas desnutridas. Y finalmente el avión despegó, después de habernos puesto los cinturones y todo eso, claro.

CoralieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora