🤍 𝐀𝐧𝐠𝐞𝐥 𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐢𝐚𝐧

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Recogía las paginas de lo que solía ser su cuaderno, arrodillada en el suelo juntaba hoja por hoja, un par de lágrimas caían al suelo en el proceso.

No lo entendía, nunca entendió porque siempre se llevó tanto odio de parte de sus compañeros, su vida escolar se resumía en amenazas, golpes, burlas y sabotajes. Para colmo estaba en un instituto privado que era un internado, es decir... No podía salir de ese maldito infierno hasta que el ciclo escolar terminara.

Harumi nunca hizo nada malo, nunca molesto a nadie ni era mala persona, incluso sus notas eran buenas, sin embargo, desde que ingresó solo se ganó el repudió de sus compañeros.

La mayoría de las burlas eran dirigidas a su estatus económico y apariencia física, su familia era humilde, ella estaba ahí por una beca, de otro modo no podria costearse estar en un lugar asi. En cuanto a su aspecto físico no era malo, solo que no era tan delgada como las otras chicas de su clase, ella tenia muslos gruesos y pechos prominentes. A los ojos de sus compañeras, era vulgar ¿Acaso ella tenía la culpa de tener ese cuerpo? Por supuesto que no.

Los días siempre eran más y más de lo mismo, se empezaba a cansar de toda esa miseria.

Acabo de recoger sus destruidas notas y las metió en su mochila, vio una sombra acercarse, por instinto cerró los ojos esperando el puñetazo, pero... Nada... No llegó nada.

Al abrir los ojos se encontró con uno de sus compañeros, Hari Kurono... Al ser hijo de un reconocido mafioso, nadie se metía con él, era callado y algo popular entre las mujeres, típica fantasía de ligarse al "chico malo". Pues bien, ahora ese chico le estaba mirando de cunclillas frente a ella, le extendió la mano esperando que la tomara.

Con miedo e incrédula la tomó y se levantaron del suelo, Hari la empezó a guiar a los dormitorios, prácticamente escoltandola. Una vez allí le lanzó una última mirada, sus ojos aun estaban empapados en lágrimas, por lo que le dio un pañuelo y se fue sin decir más.

Él y otros chicos pertenecían al mismo clan, siempre se les veía juntos, eran... Como una familia, siempre los mismos ocho chicos detrás del albino y un castaño. De nuevo, con la misma fama que tenía Hari, reservados, pocos amigos, nadie se metía con ellos. A veces ella también desearía que no se metieran con ella.

La actitud de Kurono la desconcertó en su momento, él era fiel testigo de las palizas que le proporcionaban a Harumi, solo se quedaba viendo con expresión indiferente y no hacía nada. En ocasiones hasta el participaba de los maltratos y burlas.

Dias más tarde...

Otra mañana más de lo mismo. Está vez dos de sus compañeras la tenían agarrada de los brazos, otras rompían su tarea en su rostro, otras le cortaban la falda y la camisa del uniforme. Está vez estaban yendo demasiado lejos, al punto de llegar a una agresión física, propinándole golpes en el estómago.

Varios se reían, ella ya no tenía lágrimas para llorar ni fuerzas para defenderse, por el rabillo del ojo veía como Kurono y sus amigos la observaban ser humillada, pero no sé movían, ni siquiera había expresión en sus rostros, exceptuando el de Hari que tenía el ceño fruncido. Bueno... Él y Kai siempre estaban frunciendo el ceño.

-Hazle un favor a todos y matate... Das asco... Los quirkless solo son un estorbo en la sociedad.

Harumi no tenía don, otro motivo para burlarse de ella. Todos en el aula poseían dones fantásticos que los podían hacer grandes héroes o potenciales villanos.

-Tiene razón.. por qué no te cuelgas? Oh! Ya se, mejor ve y tiraré de la azotea, el impacto será tan fuerte que no lo sentirás

Estallaron las risas, cuando levantó la mirada, los chicos ya no estaban.

En la noche.

Todos descansaban en el area común, incluido Kurono, que se limitaba a mirar el celular. Harumi no estaba, hasta que de un momento a otro la vieron pasar y entrar en el ascensor.

La chica de cabello negro azulado y ojos tristes llegó a la azotea, se quedó mirando el cielo estrellado con una mirada vacía apoyada en el barandal.

Retiró sus zapatos y cruzo la baranda, quedó sostenida de la orilla, aquellos malos recuerdos la invadían, cada golpe y rasguño. ¿En serio su presencia era tan mala como para que le dijeran que se eliminara? Lo escuchó tantas veces que se lo creyó.

Entonces... Se soltó, el edificio era muy alto, con suerte se daría un golpe tan bueno que la mataría al instante.

Resignada a morir y cansada de vivir, se lanzó, no obstante, la detuvieron... alguien agarró su muñeca a tiempo, alzó la vista y vio a un muy preocupado y arrepentido Hari sudando frio por no dejarla caer al vacío.

Con toda la fuerza que tenía la subió, la tomó entre brazos a lo que ella no puso objeción, la sostuvo con el miedo de que ella se soltara y volviera a intentar semejante cosa de nuevo.

Dias más tarde.

Las cosas empezaban a calmarse, se corrió el rumor de que vieron a una chica intentando suicidarse, los directivos investigaron y dieron con la que chica que ahora recibía terapia por parte de la psicóloga del internado.

Desde ese día no había recibido ni un golpe ni una burla, recibió defensa y protección de quienes menos se lo esperaba.

Por su puesto no se olvidaba de lo que Hari hizo por ella. Quiso ir a darle las gracias, en su debido momento no lo hizo por el shock, ambos estuvieron en shock, recordaba como esa noche él se quedó en su habitación en contra de toda regla abrazándola y calmando su llanto.

Cuando llegó al aula lo encontró hablando con el grupo de chicas que la habían molestado. Él acaso... ¿Se relacionaba con ellas? No le quedó duda cuando una de ellas se colgó de su cuello dispuesta a besarlo. ¡¿Entonces para que demonios le había salvado la vida si estaba con alguien que le deseo la muerte?!

De reojo la vieron, se acercaron con actitud burlona.

-Miren quién llegó... La bebé llorona. -La que decía esto la empujó al suelo.

La que estaba de melosa con Hari se acercó a abofetearla, fue un golpe tan fuerte que su labio sangró.

-Ojala no te hubieran detenido maldita perra... Sería mejor que estuvieras muerta maldito estorbo...

Cerró los ojos esperando recibir otro golpe, en cambio los abrió al escuchar un disparo. Hari, con una pistola cuyo cañón humeaba atravesó la cabeza de la chica. Harumi se quedó helada, el resto se echaron a correr pero fueron detenidas por la pandilla que igualmente cargaba armas, a excepción de Chisaki, quien se había quitado los guantes, eso era más amenazante que un arma de fuego.

Hari sacó cargada a Harumi quien sollozaba en su hombro, detrás se escuchaban los gritos de la masacre.

-¿Por qué mataste a tu novia?...

-¿Novia? Te confundes.... Solo era una fogosa.

-¿Por qué hablabas con ellas?

-Para que te dejen en paz... La que viste encima de mi quiso sacar ventaja con insinuaciones...

-¿Por qué lo hiciste?...

-¿Ahora esto es un interrogatorio? Conformate con saber... Que ya no te van a molestar

En cuanto a los cuerpos de las victimarias, desaparecieron "misteriosamente" y aparecieron en un contenedor de basura por partes. La policía nunca dio con los sospechosos, tampoco iban a investigar a los presuntos pues con un poco de dinero y una que otra amenaza a sus familias los hicieron callar.

En cuanto a la promesa de Hari... fue verdad... A partir de ese día, él no dejó pasar una sola burla, Harumi se volvió intocable, a partir de ese dia... él se convirtió... En su ángel guardián.

𝓞𝓷𝓮 𝓢𝓱𝓸𝓽𝓼 - Hari Kurono Donde viven las historias. Descúbrelo ahora