𝓞𝓷𝓮 𝓢𝓱𝓸𝓽𝓼 - Hari Kurono

🖤 La hija del jefe. Pt 3

En el cuarto se respiraba una inusual calma, Kurono tenía las manos sobre las rodillas, estaba cabizbajo, aún tenía esa profunda culpa atrapada en la garganta. La razón de que Kai lo hubiera llamado no era mala, por un instante pensó que era algo referente a Haruka, tal vez ya había descubierto las miradas que tenía hacia su hija e iba a reprenderlo. No fue así, solo se encontró con un discurso sobre el trabajo, ambos poniéndose al día pues no habían platicado hace algún tiempo. A decir verdad, Chisaki era el único que hablaba, Hari solo asentía o negaba débilmente con la cabeza. El hombre estaba absorto en su mundo, en su amarga culpa que no le dejaba poner atención.

—Mañana tengo que salir a discutir un asunto de un nuevo recluta con Mimic, quédate con la niña y asegúrate de que coma bien, haga sus tareas y se acueste temprano.

—Si señor... —Recibió el jefe por parte del albino.

Al día siguiente, la casa estaba muy callada, la hija de Chisaki estaba en su cuarto, no había bajado a comer porque disponía de algunas chucherías en su habitación. Kurono estaba algo preocupado por su ausencia, y decidió ir a verla, su malestar ya había pasado luego de una larga noche de estar lamentándose.

—Oye Haru...

Anunció en el pasillo, iba a abrir la puerta, que extrañamente no estaba del todo cerrada, había un pequeño espacio que dejaba filtrar la luz de dentro del cuarto. Chrono se sintió extrañado, avanzó unos pasos y entonces... ¿Un gemido? Tal vez se debía a su falta de sueño pero... ¿Que demonios fue eso?. Optó por asomarse aunque fuera entrometido de su parte.

Dentro de la habitación, bajo la tenue luz de una lámpara cálida, se podía ver a la joven Chisaki retorciéndose, acostada en cama, una simple blusita corta que dejaba ver sus pezones duros, sin nada de la cintura para abajo. Sus rodillas juntas y su mano izquierda entre sus piernas moviéndose frenéticamente, con la derecha sostenía el celular viendo quién sabe que cosa, seguramente algún vídeo para adultos. Lo extraño era que no había audio del vídeo, y ella no tenía audífonos puestos.

La mente de Kurono se disparó en millones de pensamientos lujuriosos, no, no podía, no debía, no... Si, si quería, pero no podía permitirse pensar así, ni sentirse así. Su tez blanca se vio adornada en un suave carmín, entre sus pantalones algo sobresalió y ese fue el punto en el que retrocedió de esa magnífica vista. Su respiración se volvió fuerte, sentía su pene retorciéndose en sus pantalones, palpitando tanto que dolía.

Tomó una decisión estúpida, se asomó un poco, tragó saliva y desabrochó su cinturón, seguido bajó la cremallera del pantalón, suspiró con la mirada baja, finalmente, sacó su erección del boxer, el glande goteaba líquido preseminal, las venas de la polla estaban hinchadas y bombeando, el solo miembro se curvaba hacia arriba de lo duro que estaba. El lo agarró suavemente y pasó el pulgar por la hendidura de la punta. Alzó la vista a la chica que se masturbaba en su cama a unos metros y el también se dió su gusto al mover la mano de arriba a abajo.

Mientras ambos se daban placer, de los labios de la menor salió un suave murmullo, un nombre, el de él...

—Hari...

Se escuchó por lo bajo, el hombre dejó de pajearse cuando escuchó eso, quedando sin aliento por un momento, pensó que en el calor de la situación quizás escuchó mal, pero no, se repitió lo mismo, una y otra vez, su nombre acompañado de dulces gemidos. Su corazón se aceleró, acabó por perder los estribos. Deslizó la puerta, Chisaki no pareció notar su presencia, ella estaba muy concentrada en lo suyo, tanto que había cerrado los ojos por un momento. Tiempo que Hari aprovechó para apreciar el exquisito panorama y ponerse al lado de ella, le dió una caricia en el muslo, de inmediato un grito salió de la boca de la menor, grito que fue callado por el al ponerle la palma de la mano en la boca.