Capítulo 8 ∙«Auto control»

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Hago una cara de fastidio. Nunca me imaginé estar en esta situación.

Ni que fuese qué.

Yo soy Lucius Bennett Pellegrini. Y no necesito ayuda de nadie. Y mucho menos ayuda de la mafia italiana.

─Bennett. ─habla Moretti entrando─. Veo que te encuentras bien de salud. Me alegro por eso.

Detrás de él, están su esposa y su hija chiflada. Lo único que faltaba era esto. Que llegará a una reunión de capos con su jodida familia.

Ruedo los ojos y hago una mala cara sin disimular. La chiflada del planeta se está acercando hacia mí con ojos ilusionados. Pero antes de que pudiese decir algo, yo actúo por ella. Me paro y voy a donde está mi abuelo junto con otros hombres.

Me cruzó de brazos y me pongo enfrente de él indignado. Las demás que se encontraban se van dejándonos solos al notar mi presencia.

─¿Es necesario esto? ─pregunto hartado─. Moretti trajo a su hija la chiflada. Se supone que era una reunión para hablar de temas «importantes». No para estar jodiendo.

─No le llames chiflada, sabes que está loca por ti. Y claro que es necesario esto, tú bien lo sabes.

─Pues si esa niña decide hablarme, yo no haré ninguna tratado. Aparte, no ocupamos de su ayuda. Nosostros podemos solos.

─Podemos solos, sí. Pero necesitamos alguien que nos respalde. ─dice el abuelo─. Da gracias a que nos estén ofreciendo después de la vergüenza que le hiciste pasar a su hija.

─Ay, por favor. ─hago mala cara─. Ella sola quiso hacer esa vergüenza. Y no es mi culpa no sentir lo mismo que ella.

Lo dejo con la palabra en la boca y me voy enojado a sentarme.

El abuelo. O más bien el ex capo, Adley Bennett, había organizado una reunión con el capo de la mafia italiana.

Hace 1 semana que ocurrió el ataque del camión con las armas. El abuelo ha estado muy preocupado, el piensa que quieren una pelea. Y tienen razón, yo también pienso eso.

Los rusos siempre han estado separados de todos. Nosotros somos quienes tienen el control de todo. Si ellos desataan una guerra con nosotros ellos terminarían perdiendo. No solo por no ser lo suficientemente buenos. Si no porque se están metiendo con la mafia americana. La más poderosa de todos.

Voy en donde será la reunión y tomo asiento en el lugar vacío, que se encuentra al lado de Moretti.

La reunión inicia y acaba siendo un completo desastre. Todos están de acuerdo menos yo, pero al final accedo solo por mi abuelo y por mi madre. El abuelo no entró ya que no le corresponde, por eso cuando salgo me pregunta cómo estuvo.

─Estuvo bien. Y si te alegra acordamos un tratado para nuestros beneficios. ─le digo y veo su ilusión─. No hay nada de matrimonio, abuelo.

Con eso su ilusión se borra y me pega con su bastón en el brazo. Mientras me sobo un poco, el señor Moretti aparece.

─Bennett. ─dice Moretti acercándose con sus hombres, esposa e hija─. Para celebrar nuestro trato ¿Qué le parece una cena?

─No. ─digo mirando al abuelo que me fulmina─. Tengo mucho trabajo.

Digo sin rumbos por supuesto que no iré a ninguna de sus estúpidas cenas. ¿Compartir una cena con insolentes? No, gracias.

─Señor Bennett. ─escucho a la hija de Moretti─. ¿Qué le parece si usted y yo cenamos? No creo que no tenga tiempo para mí.

Esperanza FugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora