Capítulo 13 ∙ Pesadillas y cuentos

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Primero las damas, Stella.

Primero las damas, Stella.

Primero las damas, Stella.

Primero las damas, Stella.

Primero las damas, Stella.

Primero las damas, Stella.

¡Basta, basta, basta! Deja de pensar en esas tonterías, Stella.

Casi tropiezo en el camino por la empresa pensando en estas cosas. ¡Deja de pensar eso! ¿Qué me pasa?

Aparte de no haber dormido en toda la noche pensando en esas palabras.

Primero las damas, Stella.

¡Por favor, basta ya!

Este día no podría ser peor, esta mañana cuando desperté, se me hizo tarde porque me quedé toda la noche pensando en unas malditas palabras y nisiquiera hice unos papeles, después no me prendió el auto y ahora tengo que caminar. Ahora lo único que falta es que me caiga un jodido rayo.

Se preguntaron por qué no tomé un taxi, fácil, parece que hoy es mi día de la super suerte, los servicios no estaban disponibles
Papá se ofreció a llevarme, pero le dije que no, se miraba preocupado y lo que menos quería era eso.

Al cruzar por la empresa me detienen unos hombres preguntando algo.

─Disculpe, ¿aquí es la empresa XYZ? ─dice observándome.

Al lado de él hay otro hombre, todos vestidos de negro. Es raro ver a hombres vestidos de esa manera, y menos siento tan temprano.

─Sí.

Digo para después dar otro paso y ser detenida. ¿Qué quieren? ¿No saben leer? Ignorantes.

─¿Usted es la asistente de Lucius?

Me volteo a mirarlo después de que haya dicho eso, ¿cómo lo sabe? Trato de no mostrarme nerviosa, no quiero involucrarme con estos hombres, no me dan buena espina y, ya voy tarde al trabajo.

─No puedo dar ese tipo de información.

...


Las cosas andan raras aquí, primeramente Lucius no me reprendió por llegar tarde, por un lado me alivia; pero por el otro me angustia. ¿No le importará porque me despedirá?

Es un poco raro el por qué pienso eso, pero no importa. También el ambiente se sentía un poco tenso desde que entré ¿O fui yo? Últimamente ando un poco paranoica.

Y extraña.

Exactamente, extraña, con sueño, y con hambre. Ya es la hora del almuerzo y mi comida no llega, ¿no tendrán hambre los de la entrega?

Mi única opción es jugar candy crush mientras llega mi comida, en realidad tengo más opciones, pero prefiero jugar. Me está hartando un nivel y quiero ganarlo ya.

El juego aún no lo ganaba, pero estaba totalmente concentrada intentando ganar que no escuché su voz hablar.

─¿Qué haces jugando? ─dice mirando la pantalla raramente.

Apago el teléfono mientras lo volteo a mirar, esta mañana no lo pude ni quise observarlo tanto ya que parecía enojado.

─¿Necesita algo?

Esperanza FugazDonde viven las historias. Descúbrelo ahora