Sus pies resbalaron sobre el hielo y la grieta que se extendía al rededor de él creció como una telaraña sin fin. Para cuando dió otro paso, su pequeño cuerpo impactó con el agua helada y el aliento se le escapó generando un grupo de burbujas hacia la superficie, se hundió cada vez más profundo en aquel lago, su respiración cada vez se hacía más difícil de controlar y sus extremidades perdían fuerza con cada segundo que pasaba aunque intentaba nadar hacia la grieta abierta. El agua fría hacía temblar su cuerpo, sus botas chocaban entre ellas entorpeciendo el avance y la bufanda verde se enredaba al rededor de su cuello, la vista se le tornaba borrosa con cada aliento perdido sólo logrando ver la silueta de sus propias manos tratando de aferrarse, la sensación de ahogo se hacía mas fuerte, la presión del agua mucho mas poderosa y las últimas burbujas de aire salieron de sus pálidos labios a la vez que sus ojos se cerraban y su cuerpo era tragado por la oscuridad del fondo del lago...
-¡Oliver!
Las manos de Oliver actuaron más rápidas que su cerebro al ser despertado de forma abrupta y solo los reflejos de Javier lograron salvarlo de la puntería de su primo quien al ser tomado de los hombros lo había empujado con fuerza para luego lanzar su navaja en dirección de quien creía que era su atacante.
-¡¿Qué carajos?! Lo tuyo ya es personal- expresó Javier frotando su hombro mientras miraba a su primo con rencor.
Un puchero se formó en sus labios pues al ser empujado y luego aventarse al otro lado de la habitación le había ocasionado un golpe con la pared de manera brusca.
Oliver lo vió sin comprender y tardó unos segundos más en agarrar señal, sus ojos se abrieron con sorpresa y fué hasta su primo para sobarle el hombro también.
-Pues si tú sabes que no me gusta ser tomado así -se excusó acompañadolo a su cama para que estuviera más cómodo.
-Ajá, ni modo que te dejará gritonear por horas, no mames. Yo también estaba durmiendo y tus gritos se oyeron hasta allá -señaló en dirección a su habitación y Oliver lo miró con extrañeza.
-¿Gritando?
-Sí.
-¿Gritando, yo? -se señaló a si mismo con en pulgar apuntando a su pecho.
-¡Que sí mierda!, gritabas como loquito, me dió miedito. Hasta temblé y toda la cosa- Javier hizo temblar sus brazos y le dirigió una mirada de burla a Oliver quien no dudó en darle un zape.
Javier talló su cabeza. Le dió una mala mirada antes de salir de la habitación con la barbilla en alto y le sacó la lengua a su primo antes de cerrar la puerta tras él.
Oliver se tumbó de nuevo en la cama y trató de recordar su sueño sin ningún resultado fructífero, era en vano. Los recuerdos de su sueño se habían desvanecido como si nunca hubieran estado ahí y suspiró con cansancio. Hacía ya mucho tiempo que no tenía esos episodios de los que sólo su hermano Arturo sabía. Era con quién compartía antes habitación y fué imposible ocultar sus pesadillas de él pues no podía evitarlas, siempre llegaban de imprevisto y nunca podía recordar nada de ellas al despertar.
Sabiendo que ésta vez tampoco daría resultados se dió un baño disfrutando del agua correr por su cuerpo, al regresar de la universidad solo habían llegado directo a dormir y no se habían cambiado ni los calzones.
Pronto sería la hora de entrada de su primo y quería, bueno, necesitaba acompañarlo al restaurante.
Las gotas cristalinas golpeando su rostro con frescura lo curaban del mal sueño que había tenido minutos atrás.
Su piel bronceada adoraba el contacto con el agua cálida y sus ojos se cerraban del placer que ésta ocasionaba al deslizarse con suavidad entre cada hebra de su cabello, sus manos se deslizaron entre sus mechones y tiempo después salió con mejor humor de su habitación vestido y con una nueva meta en mente.
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Entrelazados
RomanceUn padre soltero con múltiples trabajos de medio tiempo con disgusto más evidente hacia su trabajo nocturno pero que necesita para poder sustentar su hogar y a su hijo de cuatro años. Un empresario con una gran gama de lujos pero solitario con pelea...