Paparazzi (Radiosilence) (Vox x Alastor unilateral)

1. Intimidad

~Vox~

¿Por qué me hacias esto? Siempre lo supe, sabía que volverías ¿Pensaste en mí algún día de esos siete años?

—Vox. — el solo aroma del humo ya me decía quien era. —¿Me estás escuchando? — mi gesto estoico suspiró antes de mirarlo.

—Cada palabra, Val.

—Muy bien, entonces-

—Disculpa pero, ¿Sabes qué? Necesito volver a mi habitación de mando. — Él juntó el ceño a través de esos glamorosos lentes, sabía que no me retaría, pero que sí debía esperar a que se fuera primero, Valentino tomó uno de los vasos de vidrio de mi mesita y me lo lanzó directamente a un costado del rostro, no me inmuté, refunfuñó y se fue. Levanté mi teléfono celular y llamé a Velvette. Fingiría un tono lindo por esta ocasión. — Vel, mira, Val no está de buen humor así que no le abras las puertas de tu estudio ahora ¿Okey? Voy a estar ocupado. — ella chirrió como niña mimada.

—¡¿Qué?! ¡Pero con una chingada Vox! ¡Lo mandé contigo para que lo tranquilizaras!

—No va a hacer nada estúpido, ya hablé con él.

—¡Pero sigue enojado! ¡Será tu puta culpa si hace algo idiota!

—¡Pues entonces yo lo resolveré después! — colgué en seco, ya no tenía ni un gramo más de mente para algo más, como siempre, cada vez que tengo este sentimiento, tengo que apartarme.

Mis enormes pantallas neon me permitían ver prácticamente cada centímetro del círculo, la información de cualquiera con un aparato inteligente me pertenecía, su rostro, su rutina, sus seguros, sus huellas dactilares y oculares, todo...y de él, ni siquiera me permitía ver sus ojos ¿Para qué quiero tu sonrisa? Si tú y yo sabemos que solo me la muestras porque no dice nada.
Le quité el puñal a esa vieja foto tuya, tomé un trozo delgado de cinta transparente y la pegué como si nada le hubiera pasado...por enésima vez.

—¿Por qué volviste así? — Recordando su imagen saliendo del cursi hotel de la princesa. — Y todavía te estuviste guardando esa carta, maldito. — hablé sólo, agitándome de rememorar la vergüenza de haber escuchado sus palabras en la transmisión.

"Puedo afirmar, que él me preguntó si yo quería unirme a su equipo, dije que no y por eso está tan ardido."

Ahora no importa cuánto intentara negarlo, no importa si vuelvo a tocar el tema con los medios, me voy a ver igual como un jodido ardido ¡Joder!
Golpeé a puño cerrado partes del panel que pudieran reestructurarse fácilmente, me senté de golpe en mi silla central y encendería pantallas nuevas para un mismo resultado ...la mitad de la cara del demonio de la radio se encontraba glitcheada, borrosa, indefinible a la imagen, como si fuera alguna especie de castigo el que no me dejara verlo así. Le seguía con la mirada, él sabe que las cosas no fueron tan simples como eso que dijo, después de todo, supongo que conservó ese aspecto de nuestra intimidad...nuestra...el simple hecho de que ese dato superfluo fuera un "secretito" un suceso vergonzoso a voces entre nosotros, tanto que, incluso al momento de querer usarlo públicamente contra mí, no mencionó textualmente la situación de mis sentimientos hacia él en ese momento, simplemente me hace llegar a la sensación de que eso nos reserva cierto recuerdo en un estatus de intimidad, un estado frágil, considerando la vergonzosa verdad y sobre todo, que quizá no es que él sienta esta intimidad como yo, solo siente pena y vergüenza por aquello que pasó, tanta que prefiere simplificar la realidad de ello y guardarla como si esa parte nunca hubiese pasado para no otorgar la oportunidad al público de interpretarlo de una manera que a él no le beneficia, algo que me enoja y parece ridículo, ya que eso solo significaría que le avergüenza o detesta la mera posibilidad de que la gente pueda interpretar que en algún momento pudo existir una relación romántica entre nosotros.

El que él no sienta esa fragilidad, me da rabia, el que él quiera detestarlo a sus anchas, me da rabia, el que él observe con tanto rechazo la mera idea de estar conmigo, tanto que la última mirada que recuerdo de su parte como amigo fue aquella de negación e incomodidad...mientras que en nuestro ultimo encuentro, cuando casi me mata, jamas había sentido una mirada con tanta ferviente pasión, lo supe desde ese momento, esa euforia sería la única forma de recibir una mirada apasionada de su parte.