8. En blanco

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Un extraño aroma a flores de rosa me despertó y me agité, despertando atónito.

(¿Puedo oler perfectamente?)

Ya no sentía ningún filtro de aromas como el que solía tener, con cierto temblor llevé mis dedos a dónde localicé mi rostro y no sabía lo que estaba sintiendo, es inexplicable...es...era como si supiera lo que está allí pero a través de mis dedos solo podía percibir la idea de un rostro, pero...pero este en realidad no existe.

Si vueltas y vueltas en mi eje por el pastizal en la orilla que parecía dirigir una colina abajo, pero en realidad era más que nada una elevación que permitía ver toda Ciudad Pentagrama desde arriba.

—¿Eh?— una figura roja y familiar llamó mi atención por el rabillo de mi visión y me giré de golpe para verlo, tan pulcro y elegante como siempre. —¿Qué? ¿Alastor? — se tomó el mentón suavemente, casi como en un ademán un poco sarcástico.

—Mm, nou, ¿Qué es este lugar? — a pesar de la duda aún palpable en mi rostro, volteé al paisaje citadino en las faldas de la colina en la que estábamos.

—Es...es un lugar con el que solía venir con... — sintiendo raro de hablar con su imagen y no con su persona. — un muy buen amigo que, ahora todo es diferente.

—Ya veo, ¿Él es quien soy? — no pude evitarlo, contestaría en tono exasperado con una pregunta.

—¿Quién carajo eres tú? — se encogió de hombros y negó como si quisiera que yo se lo dijera.

—Me han dicho de maneras diferentes, en este caso, cuando alguien muere en su segunda vida, soy quien más apreció en su momento. — extendí con timidez mis dedos con intención de tocarlo, pero se movió a un lado. — Te recomiendo que no me toques, o te convertirás en muchas muchas partículas de polvo de estrella y adiós a volver, ¿Eso quieres? — procesando esa información por breves segundos, me giré al paisaje y me senté en la orilla del tumulto más firme.

—No lo sé, en realidad no lo creo... así que, eres "Dios" ¿eh?

—Yo no importo ahora, importas tú. — se sentó a mi lado a una distancia considerable. Le junté el seño con absurdo.

—¡¿Qué solo importo yo?! ¡No parece, por tu culpa estamos aquí! ¡¿Puedo hacerte cualquier pregunta?!

—Es tu momento, ¿Qué es lo que quieres?

—¿Por qué nos haces así? — cuestioné. — ¿Cuál es el mensaje?

—Todos los seres humanos son prototipos combinables con potenciales brillantes y debilidades que les dan equilibrio... — Le miré a los ojos, es evidente que no es Alastor, es solo que, el solo ver su cara, ya me provoca algo emocional y extraño en este ambiente de paz. Suspiré.

—Siempre te hacen este tipo de preguntas ¿Verdad? "¿Por qué? ¿Cuál es el punto? ¿Realmente debió haber sido así?" Has de estar harto. — soltó una suave risotada que delató una vez más no ser mi Al.

—De hecho, pero están en su derecho...

—¿Por qué estoy en este lugar en especial?

—La respuesta la tienes tu, después de la tormenta hay paz, estás en un lugar que consideras de paz, frente a la persona que en algún momento de tu vida fue algún creador en tí, yo soy un concepto, pero el dios verdadero existe bajo la visión de cada persona. — Recargando mi brazo en mi rodilla con soltura, le observé a detalle de arriba a abajo, viendo rasgos pequeños que solo yo pude especificar.

— Veo que ésta es la versión de él de cuando lo conocí, no la que me mató... — una pausa me detuvo, creo que comencé a llorar, pero era extraño, no sentía lágrimas ni presión, solo sentía algo irse como llanto. — Él dice que nunca cambió, pero yo también sentí que perdí algo, sentí que él me hizo...que me armó y me desarmó, soy tan pedante que literalmente preferí hacer cualquier cosa antes de dejarlo ir. — Seguí llorando frente a la orilla de la colina, llegando un recuerdo. — aquí bromeábamos, y a veces no tanto, sobre ser los reyes de aquí abajo, del averno, siempre fui malvado y patético, pero él creyó en mí cuando ni yo lo hacía, realmente pensé que estaríamos juntos hasta el final.

—Bueno, este es un final. — Le giré a ver con los ojos bien abiertos, preguntando con la mirada. — ¿Y junto a quien estás? — Niebla de agua me llenó los ojos, recorridos de supuestas lágrimas viajaban por el espacio a mi al rededor.

—Yo...y él. — me miró con cierta ternura casi paternal.

—No soy él, soy la versión que siempre tuviste de él, sin el odio, sin el rencor, sin toda la brea que manchó tu corazón y tu mente, la versión que siempre te dió paz.

—Nunca pude tenerlo, ¿Por qué?

—Por que las personas no se tienen, forman parte de tu historia y después se van.

—Mi destino, nunca fue... — suspiré como si tuviera aliento. —Nunca fue él ¿Cierto?

—Tal parece que sí.

—Yo lo anhelaba tanto, habría entregado todo por él, ¿Por qué nunca hiciste nada sabiendo cuánto lo quería?

—Porque Alastor tiene otras cosas qué aprender y decidió usar su libre albedrío para no aprender a amarte de esa manera.

—Nunca me había sentido tan amado como cuando comió mi corazón, sentí que fue la única manera en la que él pudiera aceptar mi amor...

—¿Amor? — su cuestionamiento tiene sentido, creía que lo único que yo deseaba de Alastor era el placer de su sexualidad y romance, la frustración de nunca poder tenerla me obsesionaba con poseerlo de alguna manera, en mi afán de negar que yo era quien estuvo poseido todo este tiempo por él.

—Sí, amor, tú lo sabes, después dejó de serlo, pero al principio...al principio me sentía inmortal con su apoyo, el cielo era mío cuando reíamos juntos y nos caíamos de borrachos en la calle, intentando levantar al otro...tú lo sabes todo...¿Podrías... podrías decirme si él en esos momentos fue genuinamente feliz?

—Tú sabes que sí. — No sabía de dónde salía un sollozo, ni siquiera...no es como que pudiera evitarlo, pero el gorgoteo contenido pasó a un lamento en toda regla.

Solo tenía una imagen en mi cabeza, la de mi ex mejor amigo, tomando mi brazo en el suelo, riendo enrojecido por el whisky...

—Yo también... — Y de ahí en adelante solo fueron cascadas de lágrimas y lágrimas que ascendían como burbujas al supuesto cielo sobre nosotros. La figura a mi lado se levantó y se quitó el saco.

—Ya debes volver abajo.

—¿Tan pronto? ¿Recordaré lo que hablamos?

—Sí y no, después de todo tú siempre tuviste la respuestas. — me pasó su saco por la cabeza para cubrirme, recordándome un gesto familiar.



Paparazzi (Radiosilence) (Vox x Alastor unilateral)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora