2. Fantasía

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La larga lengua de Val se deslizaba por todo el interior de mi boca, celebraba con mi equipo la derrota de Alastor mientras la euforia aún me llenaba la mente, a cada momento el poder absoluto del averno se sentía tan cerca de nuestro alcance.

Observé en el monitor que mi rival seguía vivo y reí burlesco.

—Mala hierva nunca muere, ¿Verdad, Alastor? — eso solo lo veía como una oportunidad más de enfrentarlo, su supervivencia no me preocupaba.

—¿Crees que eso arruine nuestra noche?~ — sugirió Valentino con mi corbatín bailando entre sus dedos.

—Nada podría~ — jalé la bata roja que le rodeaba y lo llevé conmigo a la habitación para celebrar el secreto para acabar con las vidas de la cabeza de la familia real.

Nuestros besos y gestos estaban acompañados de mucho licor, bebíamos a partes iguales hasta que las risotadas fueran más escandalosas, la música era infaltable e incitadora, lubricante y los juguetes formaban parte de ello, sostenía a Val de sus brazos delanteros mientras embestía a un ritmo ya conocido para nosotros, miraba la forma de su espalda, la manera en la que sus hombros y musculos se retorcían flexiblemente para proporcionar una postura mas placentera, lo escuchaba gemir y yo también lo imitaba en afan de provocar mas exasperación, exaltación, pero sobre todo, un intento desesperado por callar mis pensamientos, cerraba mis ojos y todo lo que veía era su melena roja, sus pupilas al fin regalandome contacto visual a través de la cámara, lo hiciste a propósito ¿Cierto? Querías que te viera, querías que viera tu rostro vivo, matarte es solo un honor que yo voy a tener, te mataré, porque sé que quieres lo mismo que yo pero no a mí, así que te apartaré, sentirás el rechazo a un nivel insoportable...aunque, en este momento de descontrol, nada me excita más que la fantasía de que eres para mí, de que si yo te hubiese tenido, lo habría tenido todo...
Apreté el gesto y mis labios jadeantes a punto de pronunciar su nombre, pero fuí incapaz y terminé plácidamente con su imagen impresa en mis párpados.

( Alastor...)

A los segundos de la satisfacción me mordió la frustración, de nuevo deseaba aprehenderlo, complacerme con él, no tener este sentimiento de vacío al terminar cuando no puedo sacarlo de mi mente, pero decirle a Valentino que "no" a un polvo no era mejor, así que para evitar sospechas y complicaciones me creé una fachada emocional solo para estas ocasiones:

—Odio irme, pero tengo que trabajar hoy para las demandas de mañana. — La polilla a medio dormir se retorció en las sabanas para acomodarse cómodamente en un suspiro.

—Mmm~ Como sea Voxy, me debes dos rounds más entonces. — acaricié su mejilla suavemente como todo amante traidor.

—Te los daré cuando menos esperes~

—Adoro las sorpresas~ — ajusté mi corbatín con ansias.

Abriendo mi armario tendría una puertilla escondida, una caja fuerte electrónica de reconocimiento dactilar y facial se abre y revela una caja de conservación especial que yo mismo diseñé con un delicado seguro que solo yo conocía, deslicé el botón y botó la tapita, mis dedos recogieron el contenido, un moño del demonio radio que una vez intercambiamos por error estando muy ebrios en una fiesta formal que pasó a una fiesta de bar cualquiera con otros overlords, ambos nos habíamos aflojado los cuellos por comodidad, entre el canto y baile sosteníamos nuestros corbatines que caían de vez en cuando al suelo hasta que nos equivocamos con el del otro y jamás los devolvimos...si lo acercaba a mi rostro todavía podía percibir el aroma del alcohol que tomó ese día y sobre todo, el perfume que usó...percibir el olor del whisky y colonia con los ojos cerrados era casi como si pudiera tocarlo una vez más, cuando bailamos ese día, me abrazó solo para un par de pasos en la pista, me miró con esos párpados caídos suyos y de ahí no hubo vuelta atras para mí.

Me dejé caer a mi cama con los pantalones abajo, tomé un juguete para succión ya húmedo y dejé mi imaginación escoger un escenario, gozando de mi privacidad...sus ojos relajados en éxtasis, sin dejar de sonreír, pero con los labios temblando por mi culpa al montarme, agitando mi miembro con su cadera, él quitando el filtro de su voz para bociferarme que solo yo le gusto así, que solo yo puedo desarmarlo y complacerlo, que no necesita a nadie más que a mí, que soy su cazador y que lo tome.

—Oh Alastor...~ — irresistiblemente, me dí la vuelta boca abajo en mi colchón y me masturbaba con el pecho sobre una almohada, alzando la ingle con movimientos cortos y fuertes, seguía embistiendo el juguete mientras aferraba una de mis manos a la cabecera y la otra a mantener la prenda contra mi cuerpo, así cuando cerraba mis ojos podía imaginarme que él está aquí, que él me deja encenderme con sus cicatrices, me deja halagarlas, tocarlas, aceptarlas, que su cuerpo me acepte hasta finalmente sostenerme del extremo del colchón arriba de él para frotar su lengua con la mía y entrar en un transe simbiótico, chispas y una fuerte corriente eléctrica nos recorre mientras siento que perdemos la forma física y ambos nos convertimos en una oleada de energía interminable que emana señales de frecuencia sin fin, el poder, la riqueza, el tormento de los débiles, todo, somos los reyes de todo y todos... — Oh... Alastor... —el dueño de mis fantasías, la caja de Pandora de mis pasiones, el amo de mis frustraciones...maldigo el día que te otorgué ese poder sobre mí.

Paparazzi (Radiosilence) (Vox x Alastor unilateral)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora