Tinta y pergamino / leyendo

romper vi

Pensamientos, conversaciones, cena, noche y desayuno.

Notas:

Tom mayor pasará: Tom
Tom más joven pasará: Marvolo
Sirius mayor pasará: Sirius
Sirius más joven pasará: Canuto
Remus mayor pasará: Remus
Remus más joven pasará: Moony
Severus mayor pasará: Severus más
joven Pasará Severus: Snape
Pasará Narcissa mayor: Cissa
Pasará Narcissa más joven: Narcissa
Pasará Lucius mayor: Lucy
Pasará Lucius más joven: Lucius

En el momento en que todos se sentaron, todos fueron a buscar comida en sus platos. Leer sobre las aventuras de las generaciones futuras les dio a todos mucha hambre.

La división entre las casas no era tan prominente como solía ser, pero todavía estaba ahí. Con suerte, al final de la lectura, no habrá más prejuicios hacia nadie. Hogwarts fue una escuela que se creó con el único propósito de aprender magia y conocer a otras brujas y magos. Tener una comunidad donde todos puedan ser ellos mismos sin miedo. A diferencia del mundo muggle, al mundo mágico no le importaba el color de la piel ni la sexualidad. No, les importaba el estado de la sangre, algo que nadie podía controlar.

Diferentes conversaciones se desarrollaban por todo el salón. Los miembros del futuro estaban teniendo una conversación y algunos de ellos ocasionalmente hablaban con alguien a su alrededor. Los miembros del pasado que tenían a sus homólogos futuros también en el Gran Comedor estaban confundidos. Padfoot, Moony, Narcissa, Lucius, Snape y Sorvolo estaban examinando su futuro.

Narcissa y Lucius parecían sorprendidos por lo abiertos y despreocupados que eran sus yoes futuros. No podían imaginarse ser tan felices en público. Sus padres no los habían criado con cariño y una parte de ellos siempre había esperado que no criaran así a sus futuros hijos.

Padfoot y Moony miraban a Sirius y Remus con miradas en blanco. Después de que comenzó la lectura, habían aceptado el hecho de que ya no estaban en el lado luminoso y que su yo futuro no apoyaba a Dumbledore. A Moony le resultó más fácil de aceptar ya que naturalmente estaba más inclinado a la oscuridad debido a su condición de criatura oscura, pero Padfoot lo pasó un poco mal.

Había pasado los últimos dos años de su vida renunciando a su familia y a cualquier cosa que tuviera que ver con la oscuridad o los Slytherin. Sin embargo, su yo futuro no tuvo problemas en volver a ser la persona que había sido cuando todavía estaba bajo el techo de sus padres. Sirius, a diferencia de Padfoot, no tenía motivos para alinearse con Albus Dumbledore. El director lo había dejado pudrirse en Azkaban y Eliza y Remus eran los únicos que le quedaban. Si eso significaba estar del lado que sus padres querían que estuviera, lo haría con Eliza y Remus.

Snape estaba mirando a su yo futuro y luego a los Merodeadores confundido. Nunca había pensado que sería capaz de tolerar a los Merodeadores y mucho menos llevarse bien con ellos, pero parecía normal en el futuro. Su relación con los Merodeadores restantes era más una amistad burlona que insultante. Sirius, Remus y Severus se preocupaban por Eliza y después de un tiempo llegaron a tolerarse mutuamente. Nunca serían mejores amigos, pero se respetaban a regañadientes y podían soportar estar en la misma habitación sin provocar una discusión como solían hacer cuando eran adolescentes.

Sorvolo era el más confundido. Hace un par de días su vida cambió cuando tuvo un sueño y se vio obligado a reabsorber sus horrocruxes. Toda su vida había estado huyendo de la Muerte y luego descubre que su futura alma gemela era el amo o la amante de la Muerte. No creía que fuera capaz de amar después de descubrir las circunstancias de su concepción, pero le parecía que su yo futuro estaba muy enamorado. Ni siquiera sabía cómo se sentía el amor. Odiaba admitir que quería a su alma gemela ahora, pero tenía que tener paciencia. Su alma gemela en esta línea de tiempo ni siquiera había sido concebida todavía y tuvo que esperar hasta que ella fuera mayor de edad para poder estar con ella. Pero en ese tiempo, él arreglaría todo lo relacionado con el mundo mágico y lo convertiría en un lugar en el que ella podría vivir felizmente.

Una vez que todos terminaron de cenar regresaron a sus respectivas habitaciones. Casi todos estaban agotados por las lecturas pero no querían parar. Estaban solo en el cuarto año escolar y se les habían revelado muchos secretos e información nuevos. Sin embargo, sólo los del futuro no estaban cansados ​​ya que ya sabían la mayor parte de lo sucedido.

Cuando Tom y Eliza llegaron a su habitación, él inmediatamente puso un hechizo silenciador y de bloqueo. No había olvidado los pequeños insultos de Eliza durante la lectura y estaba decidido a hacerle pagar por su malcrianza.

Miró a Eliza con ojos oscuros y acalorados mientras ella tragaba saliva, sabiendo que le esperaba una noche muy larga pero emocionante.

4 de septiembre de 1976

A la mañana siguiente, todos se despertaron sintiéndose renovados, pero Eliza y Tom fueron los dos que no se sintieron renovados. Tom prácticamente había pasado toda la noche atormentando a Eliza hasta que finalmente se quedaron dormidos a las 4 de la mañana. Dormieron unas cuantas horas, pero después de la noche que durmieron, Eliza necesitaba desesperadamente más.

Una vez que salieron de la cama, se prepararon para el día y se vistieron. Eliza vestía un conjunto reconfortante, pero Tom todavía vestía un par de pantalones negros y una camisa blanca con cuello de lino.

Cuando salieron de sus habitaciones, todos sabían exactamente qué habían estado haciendo los dos durante la noche cuando deberían haber estado durmiendo. Los invitados del futuro sabían lo insaciables que eran los dos y simplemente apartaron la mirada normalmente mientras que todos los demás todavía necesitaban un poco de tiempo para procesar.

James estaba haciendo todo lo posible por mantener la calma y no asustarse como lo hizo la primera vez y solo lo había logrado porque Lily lo había distraído con el desayuno. Una vez que todos desayunaron, las mesas volvieron a desaparecer y aparecieron nuevamente los sofás, sofás y pufs con algunas mesas que tenían bocadillos y bebidas encima.

Todos estaban emocionados de ver qué pasó después de la segunda tarea y qué pasaría en el resto del cuarto año de Eliza.

Sin duda, se sorprenderían cuando se enteraran.