Tinta y pergamino / leyendo

lectura del capítulo veintitrés

Teniendo en cuenta que el cáliz de fuego tiene que ver con el torneo, este autor dedica sorprendentemente poco tiempo a centrarse en él.

Notas:

Tom mayor pasará: Tom
Tom más joven pasará: Marvolo
Sirius mayor pasará: Sirius
Sirius más joven pasará: Canuto
Remus mayor pasará: Remus
Remus más joven pasará: Moony
Severus mayor pasará: Severus más
joven Pasará Severus: Snape
Pasará Narcissa mayor: Cissa
Pasará Narcissa más joven: Narcissa
Pasará Lucius mayor: Lucy
Pasará Lucius más joven: Lucius

Una vez que todos superaron la conmoción de que un niño de catorce años participara en un torneo destinado a brujas y magos mayores, continuaron con la lectura. Todos querían saber qué pasaría después.

En lugar de un estruendoso aplauso, lo único que encontró su nombre fue un horrible silencio opresivo.

"Eliza Potter." Dumbledore gritó de nuevo y Eliza lentamente se puso de pie, nerviosa por la sensación de los ojos de todos sobre ella.

Sabía que no escaparía ilesa este año, sabía que Tom la estaba usando como cebo, pero en su mente eso no equivalía a que ella fuera una campeona de la escuela. Ella había pensado que simplemente sería secuestrada como cualquier cerebro malvado normal elegiría hacer. Nunca esperó ser campeona en un torneo en el que había ordenado a sus Slytherins que no participaran. Un torneo en el que moría gente.

Los otros campeones ya estaban en la sala cuando Eliza entró. Inmediatamente miró a Tom, quien no hizo más que encogerse de hombros como si dijera "bueno, ¿qué puedes hacer?" mientras Eliza se enfurecía.

Tom hizo una pequeña mueca ante la mirada que le estaba dando Eliza. Sí, anteriormente habían hablado de usar a Eliza como cebo, pero él sabía muy bien que Eliza no creía que hubiera llegado tan lejos. También sabía que su reacción probablemente podría haber sido mejor. En ese momento prácticamente podía sentir la ira de Eliza desde el otro lado de la habitación.

Pero los campeones no estuvieron solos por mucho tiempo cuando de repente la puerta se abrió de golpe y entró un gran grupo de personas: Dumbledore, Karkaroff y Madame Maxime, Ludo Bagman, el Sr. Crouch y por alguna razón el Profesor Snape.

"Señorita Potter", dijo Dumbledore con frialdad, "¿puso su nombre en el Cáliz de Fuego?"

"Por supuesto que no lo hizo". Snape gruñó y Eliza se sintió conmovida por su defensa hacia ella.

Snape miró a Severus en shock. A lo largo de todo el libro hasta el momento, sabía que su yo mayor se preocupaba por Potter de alguna manera, pero defenderla en una habitación llena de gente fue impactante. Supuso que debería empezar a acostumbrarse.

"Señorita Potter". Dumbledore volvió a hablar en voz alta y Eliza sintió que se erizaba bajo todas sus miradas acusatorias porque realmente, si hubiera puesto su nombre, diría mucho más sobre su incompetencia que sobre sus fechorías.

Mucha gente asintió con la cabeza. Decía mucho sobre la incompetencia de Dumbledore para dirigir una escuela llena de niños si uno de ellos corría tanto peligro cada año.

"Juro por mi magia que no puse mi nombre en el Cáliz de Fuego, ni le pregunté a nadie más en mi nombre. Eso digo, que así sea".

Un destello brillante iluminó la habitación, aturdiendo al resto de sus ocupantes hasta dejarlos en silencio y solo para ampliar su punto, Eliza envió descuidadamente chispas verdes y plateadas al aire sobre su cabeza.