Tinta y pergamino / leyendo

lectura del capítulo veintisiete

El tribunal y sus compañeros se preparan para la tarea final.

Notas:

Tom mayor pasará: Tom
Tom más joven pasará: Marvolo
Sirius mayor pasará: Sirius
Sirius más joven pasará: Canuto
Remus mayor pasará: Remus
Remus más joven pasará: Moony
Severus mayor pasará: Severus más
joven Pasará Severus: Snape
Pasará Narcissa mayor: Cissa
Pasará Narcissa más joven: Narcissa
Pasará Lucius mayor: Lucy
Pasará Lucius más joven: Lucius

(Consulte el final del capítulo para obtener ).

"El tribunal y compañía se preparan para la tarea final". El libro lee el resumen del capítulo y todos se sientan en sus asientos. Ninguno de ellos había presenciado o experimentado un Torneo de los Tres Magos en su vida y estaban viviendo indirectamente a través de Eliza.

"Parece que has vuelto a aparecer en primera plana, Potter", dijo Barty, arrojándole un ejemplar del Diario El Profeta a Eliza mientras ella entraba a su oficina. Hoy no usó multijugos como Moody, gracias a Merlín. Siempre fue extraño escuchar la voz de Barty proveniente del viejo auror canoso.

Eliza puso los ojos en blanco y se dejó caer en el cómodo sillón que había reclamado como suyo mientras miraba el Profeta. En la portada había una foto de Eliza y el Kelpie (al que en privado había llamado Nyctaeus) cuando acababan de llegar a los muelles. Tenía que admitir que realmente era una historia genial. Eliza no iba a decir que no a ser conocida como la domadora de Kelpies residente de Hogwarts.

"Es mejor que ser la niña que vivió". Dijo Eliza, poniendo los ojos en blanco. No entendía por qué Dumbledore la había considerado la chica-que-vivió. Técnicamente, todos los supervivientes de la guerra deberían haber sido nombrados "personas que sobrevivieron". El nombre simplemente le recordó que era huérfana y que sus padres habían muerto para que ella pudiera vivir.

"Bueno, esperemos que Voldemort no siga el ritmo de los papeles", comentó Eliza antes de arrojarle el papel a Barty, quien lo atrapó con un graznido indignado.

"¿Por qué? ¿Estabas planeando lanzarle el Kelpie? Barty preguntó sardónicamente.

"Si no tuviera ningún horrocrux, habría sido una buena idea. Tenía el tamaño de un bebé antes del ritual y Nictaeus podría habérselo comido de un bocado". Dijo Eliza y Tom se estremeció al pensar cómo se sentiría ser comido por un Kelpie.

"No, pero puedes ver a Tom en la parte de atrás de esa foto; no queremos que Voldemort se dé cuenta demasiado pronto", dijo mientras comenzaba a hurgar en los armarios de Barty en busca de una cerveza de mantequilla para celebrar. Toda su corte todavía estaba en las Salas Comunes de Slytherin recuperándose de la resaca. Dudaba que siquiera se dieran cuenta de que se había ido. Además, ella realmente quería una cerveza de mantequilla y Barty era la única persona que conocía que las tenía en stock.

Soltando un 'ajá' victorioso, Eliza agarró una cerveza de mantequilla y abrió la tapa volviéndose hacia Barty, quien había permanecido extrañamente silencioso, con una mirada culpable en su rostro.

"No le mencionaste a Tom a Voldemort, ¿verdad?" —preguntó Eliza.

"¿No me parece?" Barty chilló. Eliza se debatió si valía la pena hechizarlo por unos momentos antes de suspirar y tomar un sorbo de su cerveza de mantequilla.

"Suficientemente bueno."

Estaba tan cansada de los Señores Oscuros.