Tinta y pergamino / leyendo

lectura del capítulo diecinueve

Es el final del tercer año de Eliza y todos lidian con las consecuencias de la inocencia de Sirius.

Notas:

¡Estamos casi al final del tercer año!
recordatorio:
Tom mayor pasará: Tom
El joven Tom pasará: Marvolo
Sirius mayor pasará: Sirius
Sirius más joven pasará: Padfoot
Remus mayor pasará: Remus
Remus más joven pasará: Moony
Severus mayor pasará: Severus
El joven Severus pasará por: Snape
El mayor Narcissa pasará por: Cissa
El más joven Narcissa pasará: Narcissa
El mayor Lucius pasará por: Lucy
El más joven Lucius pasará por: Lucius

Mientras el resto del Gran Comedor permanecía ajeno a los oscuros pensamientos de su Director, todos los demás comenzaron a conversar después de darse cuenta de que Pettigrew era un traidor que había apuñalado a sus únicos amigos por la espalda.

James, Colagusano, Lunático y Canuto se quedaron sentados en un silencio incómodo, sin saber qué decirse el uno al otro. No querían tener esta conversación específica aquí en medio del Gran Comedor, con todos los oídos curiosos.

El libro de alguna manera decidió romper esa tensión y comenzó a leer el siguiente capítulo del tercer año de la corte.

Tom exhaló un gran suspiro de alivio cuando el pequeño bote de madera finalmente golpeó la superficie rocosa de la pequeña isla en el medio de la caverna.

Tanto Tom como Sorvolo sabían exactamente qué cueva era esta. Sorvolo, sin embargo, no vio la forma en que Tom había mirado a Regulus Black.

Después de robar la Copa de Hufflepuff, le había tomado algunas semanas asimilarse al horrocrux, recuerdos extraños golpeaban en su mente mientras los buscaba y clasificaba minuciosamente. Era difícil creer que no hubiera sentido que se estaba volviendo loco. Incluso en los recuerdos, Tom podía ver cómo se enojaba más rápido, actuando cada vez más por impulso en lugar de estrategia e inteligencia.

Al menos tuvo una segunda oportunidad. No muchos otros podrían decir lo mismo.

Como los infiernos en esta cueva.

"¡¿Inferiores?!" Se escucharon muchas voces por todo el salón. La mayoría de ellos estaban disgustados por el hecho de que había creado inferi, sin embargo, algunos no pudieron evitar sentir respeto por él considerando lo difícil que era crear uno.

Cuando se sintió listo, Tom inmediatamente partió para adquirir uno de sus últimos horrocruxes, el Relicario de Slytherin, de la cueva cerca de la playa que solía visitar cuando era niño. Tenía que admitir que, aunque las protecciones parecían excesivas, eran bastante disuasorias. Incluso él se sentía incómodo flotando sobre un lago lleno hasta el borde de muertos reanimados.

"¿Visitaste una cueva cuando eras niño? ¿Qué estaba pensando la matrona? ¡Podrías haberte ahogado! Dijo Lily enojada, sorprendiendo a Tom y divirtiendo a James y Eliza. No mucha gente se había molestado en defenderlo, incluso cuando era un niño y no había cometido asesinatos en masa.

Había perdido el gusto por la nigromancia, eso era seguro.

Al salir del bote, Tom se cepilló los pantalones antes de dirigirse hacia la cuenca de piedra. El veneno que contenía iluminó su entorno con una siniestra luz verde y por sólo un morboso segundo Tom se preguntó cómo sería beberlo, enfrentarse a una desesperación pura y ondulante.

En lugar de eso, sacó la salamandra que había traído consigo para ese propósito específico. No tenía dudas de que podría desmantelar su propia maldición, pero la idea de alertar a su contraparte lo hizo desconfiar. Por supuesto, Voldemort probablemente no estaba en condiciones de investigar sus (¿sus?) horrocruxes de todos modos, pero como siempre, es mejor prevenir que curar.