013.

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Alma.

Al despertar al día siguiente, la casa aún mantenía la tranquilidad que nos había envuelto en la cala. La luz del sol se filtraba a través de las cortinas, llenando la habitación con una calidez reconfortante. 

Me levanté con una sonrisa en el rostro, recordando el espléndido día que habíamos pasado juntos. Al salir al patio, encontré a Pablo ya en la cocina, preparándose para el desayuno.

—Buenos días, Pabs—dije, abrazándolo desde atrás mientras me acercaba.

—Buenos días, Almu —respondió con una sonrisa—. Hoy parece un buen día para una pequeña aventura.

En ese momento, João, Fermín, Pedri y Ferran comenzaron a aparecer por la casa, uno a uno, buscando el desayuno. La mañana se llenó rápidamente con las voces animadas de nuestros amigos.

—¿Qué tal ayer? No os vimos por ningún lado—preguntó João, mientras se servía un café

—Ayer Pablo me llevo a una cala secreta— dije yo sonriendo.

Ferran se sienta en la silla de mi lado sonriendo—. ¿Y como fue?

—Fue espectacular —contestó Pablo—. Un rincón perfecto para desconectar y disfrutar de la naturaleza.

Fermín, se apoyo en el sillón—. Entonces, ¿Qué tal si hacemos algo juntos hoy? Aquí al lado hay un mercado local que tiene productos frescos y artesanales. Puede ser una buena forma de disfrutar el día y también preparar una comida especial más tarde.

—Me parece una excelente idea —dijo João—. Así podemos aprovechar el día al máximo y disfrutar de la buena comida.

Pedri y Ferran se mostraron igualmente emocionados—. ¡Genial! —exclamó Pedri—. Tiene buena pinta ese mercado. ¿Qué tipo de cosas venden?

Ferran, que estaba más reservado pero igual interesado, asintió—. Seguro que encontraremos algo interesante. ¿Cuándo vamos?

Después de un rápido desayuno, nos preparamos y nos dirigimos al mercado local. El ambiente en el mercado era vibrante y animado, lleno de colores, olores y sonidos que estimulaban los sentidos. 

Nos paseamos entre los puestos, disfrutando de la variedad de frutas, verduras, quesos y otros productos frescos.

João se mostró particularmente interesado en un puesto de frutas exóticas y empezó a hacer preguntas al vendedor, mientras Fermín se dedicaba a examinar los productos locales y las especialidades regionales. 

Pedri y Ferran se perdieron entre las ofertas de panadería, probando diferentes muestras de pan y dulces.

—Este lugar es increíble —comentó Ferran, mientras tomaba una rebanada de pan recién horneado—. ¡Todo se ve delicioso!

—Sí, es un mercado bastante impresionante —dijo Pedri—. ¿Qué les parece si compramos algunos productos y hacemos una comida para todos esta noche?

Todos estuvieron de acuerdo y nos dedicamos a reunir los ingredientes necesarios para una cena especial. A medida que el día avanzaba, el mercado comenzó a despejarse y decidimos regresar a casa con nuestras compras.

De vuelta en la casa, nos dividimos las tareas para preparar la cena. João y Fermín se encargaron de las ensaladas y los acompañamientos, mientras que Pedri y Ferran prepararon el plato principal con los ingredientes frescos que habíamos comprado. Pablo y yo nos encargamos de la preparación del postre.

La cocina se llenó de aromas y risas mientras preparábamos la cena. El ambiente era relajado y alegre, y todos parecían disfrutar de la compañía y del proceso de cocinar juntos.

❝𝐀𝐫𝐞𝐧𝐚 𝐲 𝐒𝐚𝐥━━━━𝐏𝐚𝐛𝐥𝐨 𝐆𝐚𝐯𝐢❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora