Heredero del dragón

Capitulo 68

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Resumen:

Bueno amigos míos, este es el final. Estoy muy agradecido por todos los que habéis leído y disfrutado esta historia. No quería prolongarlo y pensé que esta era la mejor manera de terminarlo. Espero que les guste. 🥰

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Muchos meses después.

Las cosas se habían calmado desde que los Hightower, la mayoría de los maestres, la fe, los Lannister y Borros Baratheon habían sido asesinados. Su madre había llamado a cada lord supremo y los había hecho viajar a King's Landings y reafirmar su juramento de lealtad hacia ellos. A los señores se les había informado sobre los nuevos cambios y lo que sucedería si alguien fuera sorprendido trabajando en contra de su familia. Cualquier forma de traición sería castigada con la ejecución. Nadie se había inmutado cuando su madre les informó a todos que Aenys se convertiría en señor de Westerlands y ocuparía Casterly Rock cuando alcanzara la mayoría de edad.

“¿Qué crees que pasaría si asesinara a tu padre?” Aemond preguntó con expresión molesta.

"Estoy seguro de que mi madre no estará contenta con eso". Visenya estaba divertida, la rivalidad entre su padre y Aemond había empeorado aún más después de que su esposo descubriera que su padre era quien ponía ideas en la cabeza de su hija para que ella pudiera molestar a Aemond. "También estoy seguro de que nuestros hijos no estarán contentos con esto".

"Estarán bien después de algunas lunas". Aemond se encogió de hombros. "Creo que puedo convencer a Rhaenyra de que esto sería algo bueno".

"Tú y mi padre debéis poner fin a esta estúpida competencia". Estaba segura de que pronto se matarían entre sí si seguían comportándose así. "No te preocupes por él, tendrás otras cosas de qué preocuparte en unas pocas lunas".

"¿Qué quieres decir?" Aemond salió de la cama y se acercó a ella. “¿Has oído que alguien esté planeando algo más contra nosotros?”

"No." Ella besó sus labios antes de rodear su cuello con sus brazos. "Es otra cosa".

"¿Algo más?" Aemond frunció el ceño e inclinó la cabeza hacia un lado. "¿Qué quieres decir?"

“¿Ni siquiera puedes adivinarlo?” Era curioso que, con lo inteligente que era su marido, había algunas cosas que parecía que no podía entender. Visenya tomó una de sus manos y la colocó sobre su vientre. “Estoy embarazada”.

El cuerpo de Aemond se congeló y él se limitó a mirarla. Parecía completamente sorprendido mientras se quedaban allí sin decir nada.

"¿Está seguro?"

"Sí", respondió ella con una pequeña sonrisa. “Vi al curandero y a la partera”. Seguía sin decir nada y Visenya dejó escapar un suspiro. “¿No estás contento con eso?”

"Sí, por supuesto, estoy feliz". Él le dedicó una sonrisa y sacudió la cabeza. “Te amo a ti y a nuestros hijos”.

"¿Está seguro?" Ella preguntó con el ceño fruncido.

"Por supuesto." La abrazó contra él y la besó en la coronilla. “¿Puedes por favor no tener otra chica? Y si lo haces, ¿puedes asegurarte de que no se parece en nada a Aria? Juro por todos los dioses que algún día me matará”.