Heredero del dragón

Capitulo 58

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Resumen:

Salto temporal de 6 meses. Echamos un vistazo a lo que Viserys piensa sobre todo lo que ha sucedido. Es hora de que Visenya dé a luz y las cosas se ponen un poco aterradoras durante unos segundos. Espero que les guste. 🥰

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6 meses despues.

Viserys volvió a leer una de las cartas y todavía le costaba creerlo. Había exigido hablar con Rhaenyra después de lo que ella le había hecho a su esposa y su hija le había dado copias de todas las cartas entre su esposa, Otto, y algunos maestres. Algunas cartas se remontaban a años atrás, incluso antes de que Rhaenyra abandonara Poniente. Había sido tan ciego y tan estúpido que había perdido a su hija, su nieta y su hermano por todo lo que Otto le había dicho. Viserys había confiado en Otto, había sido su mejor amigo, casi un hermano para él. Viserys pensó en lo que Daemon le dijo una vez después de la muerte de Aemma. Su hermano lo había llamado débil y dijo que el consejo podía verlo y sacaría provecho. Había estado enojado con Daemon y se negó a creerle. Durante años Otto lo había usado, había usado a su propia hija para controlarlo. Luego Alicent había hecho lo mismo, convenciéndolo de desheredar a su hija.

Ahora no tenía nada, su hija no quería tener nada que ver con él, su hermano menos y su nieta ni siquiera lo veía como su familia. Lo único que tenía era a su hijo, Aemond no le hablaba mucho, pero no era tan hostil como el resto de su familia. Su hijo pronto se convertiría en padre y Viserys esperaba que Aemond le permitiera ver a su nieto. Rhaenyra y Daemon no le permitieron estar a solas con Aegon ni pasar mucho tiempo con él. Viserys sólo había visto a su nieto unas cuantas veces.

Viserys sabía que no sería capaz de compensar todo lo que había hecho y ya era demasiado tarde para empezar a actuar como un padre. Incluso si lo intentara, su hija no tenía motivos para perdonarlo, no sólo la había desheredado, sino que la había abandonado y manipulado a su hermano para que también la abandonara.

Tiró la carta y salió de su habitación, no podía caminar muy bien estos días, pero necesitaba un poco de aire fresco, ya no podía quedarse atrapado leyendo estas cartas. Había leído todas las cartas cientos de veces y ya no podía hacerlo. Estaba sentado en un banco en el pasillo cuando su hijo pasó junto a él. Aemond ni siquiera lo notó, estaba mirando un documento en sus manos.

"Aemond." Su hijo se detuvo y se volvió hacia él. Viserys vio la confusión en sus ojos antes de que Aemond se acercara a él. "Esperaba verte."

"¿Por qué estás aquí?" Aemond miró a su alrededor. “¿No deberías estar en tus aposentos, descansando?”

"Sólo quería un poco de aire fresco". Viserys sonrió a su hijo. "Esperaba que pudiéramos cenar juntos".

"¿Estabas?" La expresión de Aemond reflejaba genuina confusión. "¿Por qué?"

“¿Necesito algún motivo especial para compartir una comida con mi hijo?”

"Sí." Viserys se sorprendió por un momento, sabía por qué Rhaenyra estaba enojada con él, pero no recordaba haberle hecho nada a Aemond. Su hijo se limitó a negar con la cabeza. "Nunca me has invitado a cenar contigo".

"Claro que tengo." Viserys frunció el ceño. "Hemos cenado juntos antes".

“Sí, cuando mi madre nos hacía cenar a Aegon y a mí contigo. Nunca nos invitaste, simplemente estuviste allí y apenas hablaste”.