08. Hello, freak

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- ¿De que te ríes, niña porrista? - preguntó la más baja sarcásticamente viendo la sonrisa boba que tenía la más alta en su rostro.

- Recorde un chiste - mintió - ¿Te lo cuento? - le hizo ojitos intentando convencerla de no matarla y escuchar el chiste.

- No -

- ¿Por que la gallina cruzó la calle? -

- .. - se quedó callada esperando el peor chiste de su existencia.

- Espera, por qué hay una gallina en la calle.. ¡OH MIERDA! - grito aterrorizada viendo como literalmente había una gallina en la calle, gallina que optó por la conclusión de correr hacia ambas chicas.

- Que carajo - casi sonrió al ver la escena más extraña y graciosa que pudo ver en ese día.

- ¡WEDNESDAY! - pedía ayuda la rubia , lloriqueando mientras la gallina le picoteaba los pies haciendo que inevitablemente, cállese al suelo.

Estúpidamente terrorífico.

Tal vez habían miles de opciones de cómo ayudar a la chica.

Miles de opciones aburridas que no le llegaban ni a los talones a la grandiosa idea de lanzarle una piedra a la gallina sin seguridad de pegarle específicamente a ella.

- ¡QUE MIERDA HACES ADDAMS! - Grito con rabia una voz familiar detrás de la chica.

- ¡YOKO! - Lloriqueo la rubia tirada en el piso con las manos en el abdomen, viendo como la gallina se alejaba lastimada y a su vez, siendo capturada por Bianca.

- Oh bueno, adio-

- ¡Tu te esperas! - la tomo del hombro rodandola quedando ambas cara a cara.

Grave error.

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- ¿Pueden explicarme por qué había una gallina salvaje en la calle y por qué Yoko tiene la nariz rota? - pregunto su madre confundida viendo la escena - ¡Y por qué esa chica está fumando afuera! -

- ¡Idiota si me hubieses contestado nada de eso hubiera pasado! - reclamo Bianca sobando el abdomen de la rubia con algunos hielos.

- ¡Para empezar eso fue tu culpa, Bianca! - reclamo Yoko en un sofá viendo hacia arriba para que su sangre no lanchase nada.

- Esperen.. ¿Wednesday está aquí? - se levantó del sofá con ayuda de Bianca Pero aún con los hielos en su abdomen.

- Oh dios.. vamos a morir - chillo la pelinegra observando a la chica gótica con un cigarrillo (o eso parecía) en el jardín de la casa.

Con lentitud, camino hacia la puerta de la entrada para abrirla y salir sin importarle el caos que se había generado dentro de la casa por saber quién tenía la culpa de todo ese caos.

- ¿Wednesday? - pregunto la chica observando la espalda de la más baja, intentando percibir el olor a cigarrillo que nunca lo consiguió.

- No pienses que estoy siendo amigable por quedarme aquí para saber cómo sigues o lo que sea que estés suponiendo - se adelanto a decir antes de cualquier malentendido - me debes 5$ - y se marcho sin más, sin esperar una respuesta.

She.. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora