𝐸𝑝𝑖𝑠𝑜𝑑𝑖𝑜 16

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Finalmente llegaron a Konoha, todo el ambiente se le hacia tenso, todo lo sentía extraño e incómodo; aunque, a pesar de eso, prefirió dejar esos pensamientos a un lado.

Caminaron rumbo a la torre Hokage, pero algo seguía carcomiendo dentro de Sasuke, ¿Dónde está Naruto? La respuesta a aquella pregunta no lo dejaba tranquilo. Su preocupación por el Uzumaki ganaba a toda costa su resentimiento por el rubio.

Le era válido sentirse así, teniendo en cuenta la montaña de emociones en la que vivía ahora.

Al entrar a la zona todos los ninjas de seguridad los vieron con extrañes, como si de desconocidos se tratase, eso se les hizo raro pero hicieron caso omiso. Se presentaron ante la hogake, quien hablaba con alguna de sus ayudantes.

La primera impresión de la mujer fue de sorpresa. - ¿Sasuke? ¿Sakura? - los examinó de arriba para abajo, sus ojos denotaban impresión - Los tomaba como desaparecidos. - terminó por decir, con cierto alivio mirándose en su femenino rostro. Se paró de su silla. - Me alegro de que estén bien. - los abrazó con amabilidad.

Pasaron varios minutos hablando de cosas triviales, algo que aburrió completamente al azabache. ¿Por qué actúa como si nada? Pensó el chico.

Llegó un punto donde la mujer mencionó algo que hizo que el Uchiha alzara el oído.

- En unas horas quisiera poder hablar seriamente con ustedes. Por favor, pueden retirarse. - la mujer les dio la espalda y continuo con lo suyo.

¿Hablar? ¿No era lo que estaban haciendo hace unos breves momentos? No le gustaba lo que presentía.

Se encaminó a lo que llamaba casa, después de despedirse de Sakura. Pues ella quería ir a ver a sus padres, se entendía.

Agradeció a Sai después de todo, hizo bien su trabajo de traerlos de vuelta, no podía recriminar nada.

Volvió a casa solo, con una pesadez en el pecho.

Todo se veía normal, nada fuera de lo común, era como si nunca se hubiera ausentado.

Pasaron horas, donde lo único que hizo fue mirar al techo y pensar en lo único que su mente quería saber. Naruto. Odiaba extrañarlo. Odiaba saber que sus sentimientos hacía él seguían ahí después de tanto tiempo. Simplemente odiaba que su corazón sea tan débil ante él. Suspiró. Por ahora lo odiaba, porque él sabía que por siempre iba a amarlo.

Una fría brisa acarició todo su cuerpo, eso le indicaba que ya era de noche y la Hokage jamás llamó. Se alivió, no quería saber de nada por el momento.

Fue directo a la cocina, empezó a preparar algo con lo poco que tenía.

Mañana iré a comprar más víveres. - Se dijo así mismo.

- Veo que no has dejado tu obsesión por los tomates. - dijo aquella voz tumbada en el marco de la puerta que daba inicio a la cocina.

La familiaridad de esa voz le generó cosquilleos. Giró su torso para poder contemplar mejor al dueño de la oración.

- ¿Qué haces aquí? - preguntó casi en un susurró.

Inclinó levemente su cabeza para un lado. - ¿Te molesta? - se encaminó hacia el omega.

El nombrado retrocedió, su corazón latía fuerte y velozmente por el contacto que las feromonas de su alfa tenían con las suyas, no quería volver a caer, sabía en qué estado se encontraba el menor, todo por aquellos ojos dorados que combinaban tan bien con su cabellera rubia.

•.¸♡  𝙸 𝚠𝚊𝚗𝚝 𝚝𝚘 𝚋𝚎 𝚠𝚒𝚝𝚑 𝚢𝚘𝚞 ♡¸.•  - NaruSasu -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora