III

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Sonríe con dulzura mientras piensa en un futuro cálido junto a ese pequeño niño.
Acarició su cabello con cuidado, tratando de no despertarlo. Había logrado calmarlo, lo que había llevado a que el niño se hubiese dormido. No quería despertarlo ahora.

Acomodó su haori al rededor del niño y caminó hacia el pueblo más cercano, debía buscar algún médico o algo lo más pronto que pudiese.
El niño estaba helado, lo cual no era una buena noticia.

Apresuró el paso, decidido.

Un rato después y ya había llegado al pueblo.
Bajó por la colina mientras buscaba algún médico.

-¿Hay algún medico por aquí? -preguntó con voz temblorosa.

Se acercó a cada persona que pudo, pero todas negaron.
Suspiro resignado.

Corrió hacia las afueras del pueblo, tratando de llegar lo más pronto posible a la Finca Mariposa.

Minutos después llegó, apresurado y tratando de recuperar el aliento mientras sus pulmones se contraían por el aire helado.

Entro en la Finca, ignorando al personal.
Llegó directo donde su compañera, Kocho Shinobu, la Tsuguko de Kocho Kanae.

-Nee~ ¿Tomioka-san? ¿Qué hace aquí? -preguntó la chica, de mal humor, justo como siempre.

-Atiende al niño. -dijo de golpe el pilar del agua, recibiendo un bufido de respuesta.

La chica se acercó y tomo al niño.

-¿Y este de dónde viene? -preguntó, tratando de aligerar el ambiente.
Acostó al niño en la pequeña mesa y empezó a revisarlo con cuidado.

-Lo encontré en mi revisión de la zona norte. -respondió con severidad el contrario, observando a la chica con un deje de molestia.

-¿Crees que haya más? -Shinobu sonrió y el contrario, con gesto serio negó.

La chica bufó mientras continuaba atendiendo al pequeño.

-Pues, ya. Solo que no le de mucho el frío. -se alejo de la camilla con el niño en brazos y se lo dió a Tomioka.

-Gracias. -respondió con gesto serio antes de irse, pero Shinobu lo llamo.

-¡Tomioka-san! Espere... -pidio, bajando la mirada-. ¿Qué hará con el niño?

-Me lo voy a quedar. -respondió con tono cortante y se fue, dejando a la chica con la palabra en la boca.

He is my son, not yours Donde viven las historias. Descúbrelo ahora