XVI

168 19 0
                                    

Regresaron por el mismo camino, en silencio, solo siendo roto por débiles sollozos del pequeño.

Caminaron por un rato más hasta que salieron del pueblo.

—Vamos a la Finca. —pidió Sabito y Giyu asintió.

Nadie dijo nada en el caminó, solo estubieron caminando por varios minutos hasta que por fin llegaron a la Finca.

Sabito fue el primero en entrar. Su rostro estaba serio y distante.

Giyu suspiro, entro junto con Tanjirou, y fue directo a su habitación. El pequeño se quedó allí, en la entrada, observando como el espacio se quedaba solo y en silencio. Un silencio tan conocido.
Estaba mirando a sus lados, buscando algo con que entretenerse, pero nada. El lugar estaba perfecto. Perfecto y solo.

No sabía que hacer.
Caminó con cuidado, deslizando sus pies por el suelo frío y húmedo. Sus ojitos rojizos brillaban por algunas lágrimas que empezaban a acumularse allí. No quería llorar, debía ser fuerte.



He is my son, not yours Donde viven las historias. Descúbrelo ahora