XIII

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Cuando llegaron a la Finca, Giyu suspiro, entró, seguido de los otros dos y comenzó a recojer los platos y vasos tirados.
Sabito soltó un bufido y, a regañadientes comenzó a ayudar al azabache.
Y por su parte, el niño corrió hacia donde Giyu y se inclino a su lado, ayudándolo a recojer.

Pasaron algunos minutos acomodando la Finca hasta que terminaron, dejando el lugar más limpio que antes.

—Ya. —informa Giyu con una ligera sonrisa victoriosa.

Sabito suelta un suspiro de alivio y se tira al suelo, respirando con agitación.
Tanjirou se acercó al peli salmon y le dió una palmadita en el cabello. El contrario se limitó a sonreír.

Giyu los observaba, detrás de la cocina, sonriendo.

He is my son, not yours Donde viven las historias. Descúbrelo ahora