La Oferta de CatNap

820 75 27
                                    

Esta vez, la sensación de miedo me consume más que nunca. CatNap no suele tener piedad, y si descubre que yo envié al pequeño smiling critter a buscar ese vidrio roto, no quiero ni imaginar lo que será capaz de hacerme. ¿Hasta dónde llegaría para castigarme?

-Narra DogDay.


Al estar un poco de tiempo en solitario, DogDay se sumerge en las profundidades de su mente, preguntándose qué tan horrible será su castigo si CatNap descubre que el mando al pequeño peluche en busca de algo filoso. Los pensamientos tumultuosos dan vueltas en su cabeza, llenándolo de temor por lo que pueda venir. De repente, el sonido de pasos acercándose lo saca de sus pensamientos, DogDay identifica quién se aproxima antes de que llegue.

CatNap aparece en la entrada de la celda frente a DogDay, con su característica sonrisa siniestra y sus profundos ojos.

     -Mira lo que encontré -anuncia CatNap, mientras extiende su cola sujetando firmemente a un pequeño peluche similar a DogDay. Al pequeño peluche le falta una oreja, y el resto de su pequeño cuerpo está siendo presionado con fuerza por la cola de CatNap. Una sonrisa retorcida se dibuja en el rostro de CatNap, revelando su disfrute al exhibir el peluche dañado.

     -Este es el pequeño intruso que merodeaba por ahí. -agrega CatNap con su tono de voz claro pero amenazante. -Estaba a punto de comerlo, pero me detuve porque hace algo fascinante. -agrega, con una chispa de interés en sus ojos.

     -Hazlo. -ordena CatNap, aumentando la presión sobre el cuerpo del pequeño peluche con su cola en un intento de imponer autoridad.

DogDay reconoce de inmediato a su pequeño amigo y observa horrorizado cómo es aplastado por la cola de CatNap. Sin embargo, parece ser que CatNap no sabe que él mismo mandó al pequeño peluche por el trozo de vidrio. Una pequeña tranquilidad entra en DogDay, pero rápidamente su rostro cambia al observar lo que el pequeño está por hacer.

El peluche comienza a reproducir un audio con mucha estática e interferencia, pero entendible. "N-no, CatNap, basta, por favor. ¡Ah~, me duele, para por favor!", se escucha la voz de DogDay grabada dentro del pequeño peluche. Horrorizado, DogDay escucha sus propios gritos y súplicas saliendo del pequeño amigo que solía visitarlo. Se siente como si cada palabra grabada en el peluche fuera un eco de su propio sufrimiento, aumentando su angustia y desesperación.

La mirada de CatNap cambia repentinamente al escuchar las palabras que emanan del peluche. Una mezcla de sorpresa y curiosidad se refleja en sus ojos mientras observa la escena. La revelación de que el peluche lleva consigo los sonidos de las torturas sufridas por DogDay parece haber sacudido algo en la mente retorcida de CatNap. Su expresión se torna aún más sombría, como si estuviera disfrutando escuchar la voz desesperada y agonizante de DogDay. Una sonrisa retorcida se forma en los labios de CatNap mientras escucha los lamentos de DogDay, como si cada quejido fuera música para sus oídos.

El desagrado y la vergüenza llenan a DogDay al escuchar sus propios gemidos y quejidos, desviando la mirada para ocultar su incomodidad ante la situación. Su cuerpo tenso y rígido revela la angustia que siente al ser expuesto de esta manera frente a su captor. Mientras tanto, CatNap se ríe un poco, liberando finalmente al pequeño peluche. Al dejarlo en el suelo, DogDay nota una gran mordida en la parte superior del peluche, probablemente hecha por CatNap. Un escalofrío recorre su espalda al darse cuenta de hasta qué punto CatNap estaba dispuesto a llegar para demostrar su dominio.

"Lo siento, amiguito", se lamenta DogDay en sus pensamientos, sintiéndose culpable por haber involucrado al pequeño peluche en esa situación. Se siente impotente y desamparado, incapaz de proteger a su amigo.

Mi PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora