capítulo ocho

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ᴵᵗ'ˢ ᴳᵒˡᵈᵉ
ᴸʸᵈⁱᵃ ᴿᵉᶜᵃˡᵗ

Ya hacía un mes desde esa llamada que me sacudió hasta el alma. Matías, mi hermano, se había encargado de bloquear a todas las personas relacionadas con él desde mi celular y estuvo a mi lado en todo momento. Enzo, por su parte, no se despegaba de mí ni un segundo, siempre dispuesto a sacarme una sonrisa. Juani, Pipe y Blas también estuvieron ahí para mí, acompañándome en cada tontería y risa contagiosa. El resto de los chicos también me brindaron su apoyo y cariño incondicional.

La verdad es que me sentía bien. A pesar de todo lo sucedido, tenía un grupo de amigos increíbles que me levantaban el ánimo y me hacían sentir amada.

—Bueno, es hora de presentar a nuestra invitada de hoy... ¡Un aplauso para Lyd Recalt! —anunció Juani, desatando una ovación virtual.

Riendo, tomé asiento junto a mi mejor amigo y saludé a todos los espectadores del stream.

—¡Qué cantidad de gente, Juani! Ya sos famoso, boludo —comenté, sorprendida por la cantidad de seguidores que había.

—Viste, soy el rey del mambo —respondió Juani con una sonrisa de orgullo.

—Y sí, ¡no lo podés negar! —afirmé entre risas.

Comencé a leer los comentarios del stream y a responder a las preguntas que me hacían los seguidores.

—Lyd, sos hermosa. Ay, gracias, los amo —leí en voz alta, agradeciendo el cariño de la gente.

Juani y yo seguimos charlando y riéndonos de tonterías, sumergidos en nuestra burbuja de diversión, hasta que recibí una llamada que me hizo saltar del susto.

—¡LYDIA RECALT! —gritó mi hermano al otro lado de la línea, haciéndome estremecer.

—¡Yo no fui, che! Te lo juro —respondí rápidamente, confundida por su tono de voz.

—¿Dónde mierda está mi camiseta de Boca, boluda? —me espetó con furia.

Al darme cuenta de que llevaba puesta su camiseta, me quedé petrificada.

—Eh... no lo sé —balbuceé, sintiendo el peso de su enojo sobre mí.

Mientras tanto, Juani y sus seguidores se reían a carcajadas, lo que solo aumentaba mi nerviosismo.

—Voy a ir a la habitación de Juani, y si la tenés vos, te juro que te hago mierda —amenazó Mati antes de colgar.

Tragué saliva nerviosamente y colgué la llamada.

—¿Qué carajo hago ahora? —pregunté, sintiéndome atrapada en una situación incómoda.

—Corré, que no te atrape —me aconsejó Juani entre risas.

—Chau, chicos, nos vemos más tarde si no termino muerta —me despedí de los seguidores de Juani y salí corriendo en busca de refugio.

—¡Lydia! —escuché la voz de mi hermano detrás de mí.

Al girarme para mirarlo, me di de lleno con una columna, deteniéndome en seco y sintiendo un golpe en la cabeza que me dejó mareada. La próxima vez, definitivamente prestaría más atención antes de salir corriendo como una loca.

It's Golden || Enzo VogrincicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora